Hemos escuchado cualquier barbaridad sobre el COVID-19, pero la ocurrente idea de Elmer Cáceres, gobernador de Arequipa, Perú, no solo es la madre de las noticias falsas, sino que también es cruel, ilegal y mortal. El político de 47 años, ha recomendado consumir la carne de llama y dióxido de cloro como remedio para combatir el SARS-CoV-2.
Lo peor, es que no solo lo señaló como una receta, sino que también lo lanzó como una iniciativa que envío al congreso para su aprobación. Tal vez el propio gobernador se echó unos traguitos de esta sustancia cuando lo planeó, pues además de que el dióxido de cloro es potencialmente dañino para la salud, resulta un acto de crueldad animal, pues estos artiodáctilos son sacrificados en la región andina cuando son jóvenes, ya que se cree que su carne es más suave.
“El consumo de alpaca y llama combate el coronavirus. Ojo, la llama. Hay que consumir carne de llama. Está comprobado científicamente que combate el COVID-19 que está matando a nuestra gente. Yo invito a consumir carne de llama, que es riquísima”, señalò Cáceres.
Cáceres, quien también envío una carta al presidente Vladimir Putin para solicitarles 100 mil dosis de la nueva vacuna rusa contra el COVID-19, llamada ‘Sputnik V’, no se ha cansado de decir fakenews, va una tras otra. Bueno, incluso se atrevió a decir que el refresco de cola es más tóxico que el dióxido de cloro. Algo que la Organización Mundial de la Salud, se ha cansado de desmentir, al mismo tiempo que advierte que el consumo de este químico puede derivar en la muerte.
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Afortunadamente, no todos piensan igual. Ciro Maguiña, vicedecano del Colegio Médico del Perú, dijo a Infobae que: “Hay evidencia que el consumo del dióxido de cloro produce insuficiencia respiratoria, insuficiencia hepática aguda, hipotensión arterial, trastorno del ritmo cardíaco, vómitos severos y diarrea severa”.
Desde luego, la organización de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), se fue de espaldas al escuchar la recomendación de consumir carne de llama. Vaya, no hace falta ser ambientalista para reconocer que a pesar de que en algunas culturas se acostumbra la explotación de estos animales, su lugar está en el campo. Si tienes alguna duda sobre las recomendaciones emitidas por la OMS, puedes consultar este link