Y no porque sea a la que siempre mandan por las tortas…
No se dejen engañar: aunque esta oriunda de Oslo, Noruega, parezca chava, sus ojos los engañan. En inquietantes declaraciones para el canal de YouTube, NRK P3 Verden Rikeste Land, Nano (nombre de la prima de Chitara) asegura que , pese a su apariencia, no es humana.
Las pruebas fueron contundentes: no le gustaba el agua y podía comunicarse fácilmente al emitir maullidos. Fue entonces que comprendió que era una gata atrapada en el cuerpo de una mujer… y la ciencia lo confirmó: “me di cuenta que era un gato cuando tenía 16 años. Médicos y psicólogos descubrieron cuál era “la cosa” conmigo: en mi nacimiento hubo un defecto genético”.
Al aceptar su condición, Nano desarrolló -y ahora domina- habilidades propias de su especie… ya saben, un demasiado sensible “oído felino”, la capacidad para dormirse en el fregadero y una inigualable capacidad de asustarse en cuanto un perro se le aparece por la calle.
Para intentar compensar los errores de la cruel naturaleza, Nano utiliza una ridícula diadema con orejas y, de vez en cuando, también se pone cola postiza… además, gusta de ponerse en cuatro patas, no para lo que ustedes piensan, sino para caminar como lo haría un gato común y corriente.
Por suerte, es cierto eso de “dios los hace y ellos se juntan”, ya que esta chica pudo encontrar a otro loco un amigo que le hace felina compañía: Svien, un chico que tiene varias personalidades, una de ellas, la de un felino… así que con él puede comunicarse a maullidos sin ningún problema.
Si piensan que perdieron valiosos minutos leyendo esta nota, quizás tengan razón… pero se compensa el esfuerzo con estas otras gatitas.