Una mudanza implica uno de los cambios más importantes y a veces difíciles en la vida de las personas. Y muchas veces no nos ponemos a pensar en que si para nosotros llega a ser complicado cambiar de casa, para nuestras mascotas puede serlo aún más. Una perrita es el ejemplo perfecto de que a los animales también les puede pegar ese cambio, pues caminó más de 91 km para volver a estar en su antigua casa.
Cleo, una perrita labrador de cuatro años de edad, fue encontrada por Britney y Michael Colton en el porche de su casa —ubicada en Lawson, Missouri—, un día como cualquier otro cuando regresaron a su hogar. La perrita no dejó que se le acercaran y no deseaba moverse de ese sitio específico de la casa.
El matrimonio decidió llamar a un veterinario para saber si la perrita tenía un chip localizador, y efectivamente el profesional detectó uno en Cleo. Fue así como se dieron cuenta de quienes eran sus dueños y se sorprendieron mucho cuando entendieron lo que eso significaba.
La perrita caminó desde Kansas, más de 91 km
Britney reconoció el nombre de los dueños cuando el chip reveló a quien pertenecía Cleo. “Es la gente que vivía aquí antes”, comentó a su esposo Michael en cuanto supo el nombre de los propietarios de la perrita.
Así es, se trataba de la familia que vivió en la casa antes de que ellos se mudaran. Y según la información del chip, la familia vivía ahora en la ciudad estadounidense de Olathe, en el estado de Kansas. La distancia entre ambas ciudades es de 57 millas, osea, más de 91 kilómetros.
De acuerdo con el medio local KMBC News, el matrimonio Colton se puso en contacto con la familia de la perrita a través de Facebook, pues encontraron un anuncio hecho por ellos donde reportaron la desaparición de Cleo una semana antes de que fuera encontrada en su antigua casa.
El reportaje del medio antes citado muestra que la perrita se puso muy feliz al encontrarse con sus dueños, por lo que su travesía para volver a su antigua casa no tuvo nada que ver con falta de amor o algo así, únicamente se debió a que Cleo extrañaba muchísimo su antiguo hogar.
“Ella (Cleo) encuentra el camino a su antigua casa, y al llegar hay extraños viviendo allí. Eso sería aterrador para cualquiera”, expresó Michael Colton, para quien resultó ser todo un misterio el cómo logró la perrita caminar de un estado a otro y dar con su anterior hogar. “Ahora que sabemos a quién pertenece, si aparece de nuevo, sabemos a quién llamar”, finalizó.
No cabe duda que el amor de los lomitos por aquello que los hace felices, es algo que jamás dejará de sorprendernos.
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