Las historias de amor son necesarias en nuestra vida, porque nos ayudan a hacernos llorar en lugares no adecuados aprender que el mundo tiene muchas cosas bellas que ofrecer, y que no todo es amargura y trolls de internet. Es por eso que hoy, vamos a compartir con ustedes el caso de Josh Schmitz, y del camino que recorrió para proponerle matrimonio a la mujer que ama.
Pero hay que manejar las cosas en orden, así que vamos por el principio. Según lo que publicó Today, el buen Josh, de 29 años, conoció a Danielle Roesch por medio de Tinder en 2014, y desde ese momento se escribió el primer capítulo de esta peculiar historia.
Comenzaron hablando de sus gustos, y así fue como ambos se dieron cuenta de que les gustaba ir al mismo parque a relajarse. No pasó demasiado tiempo antes de que estos tortolitos formaran una relación seria, pero en verano de ese mimo año, Scmitz sintió en su corazón algo especial y llegó a una conclusión: Danielle era la indicada.
El buen Josh tenía que hallar un modo creativo para hacerle a su novia la gran pregunta, y fue así como dio con una idea especial. Sabía que cada vez que alguno de ellos estaba ocupado (y eso impedía que se vieran), se dejaban notas; así que, teniendo eso en mente, trazó su plan maestro.
“Adoraba regresar del trabajo y leer esas notas, ver lo que ocurría con nuestras vidas. Quería hacer algo que le permitiera saberlo y me dejara decir ‘Oh sí, aún lo recuerdo'”, dijo Schmitz a Today.
La idea con la que dio nuestro muchacho suena simple, pero no lo era. Tenía que grabar un pequeño video por día, durante un año completo. En cada clip, sostendría un pequeño letrero con una nota para su chica, donde le propondría matrimonio.
Josh le tuvo que echar muchas ganas, grabando y editando el video en su casa, durante su tiempo libre en el trabajo y hasta cuando salía a pasear; incluso lo hacía cuando Danielle se encontraba cerca. Este hombre enamorado logró mantener su plan en secreto, aún cuando ya vivía y viajaba junto a su amada.
Después de que pasó todo un año, el momento había llegado al fin. Cuando la mejor amiga de Danielle la invitó a un “evento” que se llevaría a cabo en el Planetario Adler, en Chicago, esta ni siquiera se tomó el tiempo de investigar y accedió.
Como un miembro del grupo se había retrasado y no podían comenzar, la amiga le sugirió Roesch que fuera al Lago de Michigan a matar un poco de tiempo. Ahí fue cuando se topó a un grupo de 50 personas, conformado por amigos y familiares de ambos; algunos incluso vivían muy lejos como para que fuera una reunión casual. Fue entonces cuando todos apuntaron hacia la dirección en donde se encontraba Josh. Después de 30 minutos de un encuentro emotivo y muchas risas, nuestro amigo le propuso matrimonio a su novia, y ella aceptó.
Tras haber concluido el asunto de la fantástica proposición, todos se reunieron en un bar para celebrar. Danielle se sorprendió mucho de saber que había tanta gente que fuera tan cercana a ellos.
“Fue un final feliz”, dijo Josh y luego se corrigió a si mismo: “Es el principio de un final feliz.”
Damas y caballeros, queremos despedirnos diciendo que el amor llega de muchas formas y en distintas situaciones para cada persona. No pierdan la oportunidad de decirle a esa persona especial lo que sienten, y tampoco olviden que los detalles geniales como el que Josh tuvo con su novia, siempre son importantes.
¡Tengan un día genial!