Así como la tambora puede resultar un dolor de cabeza para algunos y el reggaetón le da alergia a otros, la policía estadounidense descubrió el método de tortura más efectivo y sin necesidad de usar la violencia. Resulta que escuchar la tierna canción infantil ‘Baby Shark’ una y otra vez, puede doblegar hasta a los criminales más malos y convertir a los delincuentes más peligrosos en santos.
Aunque pueda llegar a parecer un broma, el asunto se ha tornado bastante serio e incluso hasta inhumano. Y es que, lo primero que hizo un grupo de ex reclusos que salieron en libertad durante la primera semana de noviembre del 2021; no fue ver a su familia, sino que acudieron a las autoridades para denunciar que fueron torturados por oficiales de la cárcel de Oklahoma.
Los presos alegaron que fueron “torturados” al obligarlos a escuchar la canción de ‘Baby Shark’ durante horas enteras y a un volumen que retumbaba hasta en sus almas, al mismo tiempo que eran obligados por dos oficiales a permanecer de pie, con los brazos esposados hacia la espalda para generar estrés, durante los meses de noviembre y diciembre del 2019.
Repetir ‘Baby Shark’ es cruel e inhumano
Daniel Hedrick, Joseph Mitchell y John Basco, calificaron a los guardias como “desenfrenados, depravados y sádicos”, mientras que la demanda presentada en tribunales explica cómo se utilizó el heavy metal para atormentara los presos de Guantánamo, como una técnica de tortura para un “interrogatorio mejorado”, ya que solía debilitar la resolución de los cautivos iraquíes.
Además, se incluyeron diversos estudios académicos donde se explica porqué la canción ‘Baby Shark’, puede llegar a ser un método de tortura superior, especialmente cuando se repite. Ahora sí que uno como quiera, pero y las criaturas. Después de una investigación de estos incidentes el año pasado, los dos ex empleados de la cárcel, así como su supervisor, acaban de ser acusados de crueldad contra los prisioneros, así como de conspiración.
De acuerdo con ‘The Guardian’, David Prater, fiscal del distrito del condado de Oklahoma, calificó el uso de ‘Baby Shark’ en la cárcel como una tortura “cruel e inhumana”, asegurando que puso a los presos del centro penitenciario en un “estrés emocional indebido” además del que probablemente ya estaban sufriendo”.
Millones de reproducciones no mienten
Como anteriormente les habíamos contado, la verdadera historia detrás de la canción infantil más popular en la historia moderna, no es exactamente un cuento de hadas. Tras relatar la historia de la familia de escualos, en la versión original el bebé tiburón crece y se devora a una persona. Aunque eso sí, con más de nueve millones de reproducciones, no podemos negar que se trata de la canción más popular de la última década.
Como si no fuera suficiente, Pinkfong, el gigante sudcoreano de juguetes educativos, lanzó en 2020 una nueva versión de ‘Baby Shark’ adaptada a las nuevas normas sanitarias de la pandemia. Pero, sin importar de cuál de las dos canciones se trate, si ves que tu bebé comienza a berrear después de escucharla, a ciencia cierta ahora puedes adivinar por qué.