Antes de las refinadas campañas publicitarias de los Mad Men que revolucionaron el arte de anunciar productos, los productores de carne inundaban las tiendas y mercados de Estados Unidos con una peculiar ola de anuncios que vanagloriaban a este producto animal como “la única forma de comer sano”.
Ahora, una dieta que incluya la carne de manera exclusiva es una que representa graves problemas a la salud. Los nutriólogos de hoy se han empeñado en hacernos ver que, de hecho, es una dieta balanceada lo que nos garantizará una vida más larga y sana; sin embargo, durante la década de los cuarenta y cincuenta, la carne y los embutidos eran parte esencial, sino exclusiva, de una dieta rica en proteinas y grasas que muchos querríamos que regresara.
Los anuncios que aquí vemos también cuentan con su propio estilo artístico muy típico de la publicidad franca, directa. Cabe mencionar que el consumo de este alimento también fue muy racionalizado durante los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, pues mucha de la producción del país era destinada a la alimentación de las tropas en los teatros europeos y orientales del conflicto.
Es interesante ver que, de acuerdo a los productores de la época, en casi ninguno de los platillos sugeridos por esta publicidad no aparece un sólo vegetal, vaso de agua, cereal u otro alimento que hoy en día se recomienda que acompañe este tipo de productos.
La carne, el protagonista de las vidas de los estadounidenses de los años cuarenta y cincuenta. Carne, un sinónimo de bienestar y abundancia al más puro estilo del American Way of Life.
Nuestro fiel y buen amigo el tocino, uno de los alimentos más perjudiciales y a la vez más bondadosos de la dieta del ser humano.