Hace poco más de dos años, un video titulado “Crazy turtle”, que mostraba a una tortuga marina bebé nadando de forma descontrolada, se hizo viral en redes sociales. Todo el mundo etiquetaba a familiares y amigos para ver a esta tierna criatura chapoteando en el agua, pero no sabían que detrás de estas imágenes había una historia realmente triste.
Nos enteramos de esto gracias a Unilad, que tuvo la oportunidad de platicar con los empleados de la Tortugranja, que se ubica en Isla Mujeres, dentro de nuestro propio país. Ahí, explicaron a la web que usualmente observan como nacen entre 120 y 120 tortuguitas, que después se abren camino entre la arena y finalmente entran al mar.
Entre todas estas, hubo algunas crías que se movían de una manera muy extraña. Cuando notaron esto, decidieron recogerlas y observarlas detenidamente para ver si tenían alguna malformación física. De ahí surgió el famoso video, que secretamente incluía un mal que suele afectar a algunas tortugas.
Justo después de nacer, esta pequeña criatura sufrió de un problema neurológico severo, mismo que le impedía moverse y respirar de forma natural. El clip que causó tanta diversión a las personas realmente era una forma de documentar el padecimiento de un animal; uno que no sobreviviría en su entorno.
“La cría en el video tenía apenas unas horas de haber nacido cuando se grabó esto”, explicó uno de los voluntarios de Tortugranja. “En ese montón de bebés torpes (que realmente no están diseñados para la tierra) era imposible decir que el comportamiento de un solo individuo era anormal. Apenas una hora más o menos después de que las crías del día se colocaron en las piscinas de viveros, el personal fue a dar la comida de la mañana y vio a la tortuga. Inmediatamente lo trasladaron a nuestra habitación de hospital, donde lo evaluamos cuidadosamente”.
Cuando los trabajadores del lugar se dieron cuenta de que la tortuga sufría, decidieron practicar una eutanasia. Ellos explicaron que se hizo como una medida para evitar que la criatura entrara al mar a enfrentar una muerte más lenta y desagradable, ya que no hubiera sobrevivido por más de una hora, luchando por respirar y nadar contra la corriente.
Pocas personas sabían lo que ocurría con la pobre tortuga, así que realmente no se puede juzgar a nadie por haber sentido ternura al ver el clip. Sin embargo, es imposible evitar sentir un nudo en la garganta por haber reído un poco o haber compartido una historia cuyo secreto era tan lamentable.