Cuando un ser humano se propone a hacer cosas buenas, puede lograrlas sin importar la labor que desempeñe. Como ejemplo tenemos a los médicos, bomberos, rescatistas y demás; pero la historia de hoy es acerca de un obrero.
Jason Haney trabaja para una construcción que se encuentra justo en frente de un hospital infantil. Este hombre es consciente de que no tiene conocimientos de medicina para ayudar a los niños enfermos, pero sabe que puede poner de su parte de otra manera, por lo que tuvo una gran idea.
Con la ayuda de su hija, Haney creó una figura de Waldo de 2 metros y medio. Para quienes no recuerden, esta figura caricaturesca forma parte de libros para chicos y grandes, en los que el reto es encontrarla de entre un montón de personas.
Después de terminar de crear su Waldo, Jason procede a colocarlo en distintas partes de la construcción en la que labora, de modo en que los niños en el Hospital Infantil Conmemorativo en South Bend, Indiana, puedan jugar un rato y olvidar sus problemas.
Una vez que le informan al trabajador que los chicos han encontrado a Waldo, este lo mueve de lugar para reiniciar el juego, lo que significa que debe moverse a través de TODA la obra para reubicar la figura.
No todo el mundo tiene la voluntad de ayudar a quien más lo necesita, pero son personas como Jason a quienes hacen de este mundo, un lugar mejor.