A pesar de que el maltrato a los animales figura entre los actos más reprobables actualmente, todavía existen personas que realizan festejos donde el sacrificio de una o más especies es algo necesario. Un ejemplo de estas actividades tan cuestionables es el “toro embolado”, que obliga a estas criaturas a correr con sus astas ardiendo en llamas.

Y así fue como un toro murió para entretener a una multitud en Valencia, España. Lo que para algunos es considerado como algo que sucede todo el tiempo, para otros sirvió como un ejemplo claro de que algunos seres humanos no son capaces de sentir empatía por otras formas de vida.

Quienes participaron en esta fiesta, miraron cómo la bestia intentaba apagar el fuego de su cornamenta y aplaudieron con regocijo. La ovación no cesó ni siquiera cuando el pobre el pobre animal arremetió contra el poste al que estaba atado y se rompió el cuello.

Las personas que apoyan este tipo de festejos aseguraron que “el toro no sufrió”, ya que su muerte fue instantánea. Por otro lado algunos defensores de los derechos animales y activistas opinaron que el verdadero problema radica en la necesidad de torturar a un toro para la diversión del público.

Sabemos que es difícil tener que ver imágenes como estas regadas en las redes sociales, pero es sólo mediante la difusión de casos como este que se puede generar consciencia.

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