Uno normalmente está acostumbrado a tomarse el café para quitarse el frío o combatir el sueño que amenaza en los inicios de semana pero, ¿qué pensarían si alguien les dijera que también puede ayudarnos al hacer ejercicio?
Probablemente su primera reacción sería pensar que es una tontería, sin embargo un nuevo estudio afirma que podría traer beneficios en nuestra rutina de actividades físicas.
Un experimento para probar la efectividad del café
Un profesor de fisiología en la Universidad de Sao Paulo, conocido como Bruno Gualano, realizó un experimento con 40 ciclistas poniéndolos en tres grupos diferentes: los de nivel bajo consumían menos de una taza por día; por su parte, los de nivel moderado bebían dos tazas; y en cuanto a los de nivel alto se echaban tres o más.
Después tomó a esos grupos les dio al azar píldoras de cafeína (que equivalían a cuatro tazas de café), placebos o incluso nada y luego se les ordenó pedalear lo más fuerte posible hasta perder 450 calorías. Se les ordenó repetir ese ejercicio tres veces para que el científico pudiera probar la efectividad de cada opción.
En los resultados, Galando determinó que casi todos los ciclistas que tomaron la píldora corrieron un 3% más rápido bajo que quienes no recibieron nada y un 2.2% que quienes consumieron placebos. Cabe mencionar que los hábitos con el café de cada individuo no tuvieron nada qué ver con esto.
Ahora que saben esto, no hay ninguna excusa para salir a correr justo después de tomar la primera taza de la mañana. Sólo recuerden usar esta información con sabiduría, porque hasta donde se sabe, también es posible generar una adicción y nadie querría eso.
