Lo que necesitas saber:
La sociedad de las épocas pasadas tenía una ideología muy distinta a la que tenemos hoy. Un ejemplo de esto son los anuncios y avisos de ocasión que anteriormente se publicaban en los periódicos.
Para comprender la verdadera historia de una ciudad hay que ir más allá de los libros de historia. Hay que caminar por las calles, contemplar las construcciones viejas, detectar los aromas, y sí, ir a darse una vuelta a la hemeroteca y fisgonear en los periódicos del pasado para ver cómo eran los anuncios publicitarios y los avisos de ocasión del siglo XIX y principios del XX.
Entre las planas impresas podremos descubrir cómo era la vida cotidiana, cuáles eran las creencias de esas otras generaciones que nacieron y murieron antes que llegáramos al mundo. Esa gente anónima que publicaba en los periódicos cuáles eran sus deseos y motivaciones y que a la vez buscaban algo que hiciera su vida mejor, todo en un aviso de ocasión.
En ese sentido, cada aviso de ocasión o anuncio nos revela las obsesiones del pasado. Una píldora mágica capaz de curarlo todo, en particular el envejecimiento. Modistas que venían a la ciudad desde París y traían telas nunca antes vistas, cigarros para asmáticos y bebidas alcohólicas para niños.
En honor a esto y como una forma asombrosa para viajar en el tiempo, fuimos a investigar y extrajimos algunos textos realmente viejos. Pequeñas joyas que se publicaron en los periódicos más icónicos del país, así son los anuncios y avisos de ocasión del siglo XIX y principios del XX.
1.Un silueta genial
Excélsior, 1889
“Es la que usted logrará si toma las Habas de Vuca, preparadas con extractos vegetales exclusivamente. Sin causar daño alguno, destruyen todas las grasas excesivas e impiden su formación”.
2.Oleo de Salvación
El Universal, 1882
“La gran cura de dolor del mundo. Aliviará más pronto que ningún otro remedio conocido el reumatismo, neuralgia, inflamaciones, contusiones, quemaduras, cortaduras, escaldaduras, úlceras, dolor de espalda, ciática, llagas en la garganta, jaqueca y torceduras”.
3.No más ladrones
El Universal, 1883
“Los cerrojos de seguridad inventados por el señor Cort y Martí ofrecen tanta seguridad que ni aún dejando la lleva puesta, los ladrones pueden entrar, sólo tirando la puerta abajo. Tan sólo el dueño del cerrojo podrá abrir y cerrar por fuera y dentro, por saber él cómo está…”.
4.El restaurador universal del cabello de las señora
El Monitor Republicano, 1902
“Para restaurar las canas a su primitivo color, al brillo y la hermosura de la juventud. Le restablece su vida, fuerza y crecimiento. Hace desaparecer muy pronto la caspa. Su perfume es rico y exquisito”.
“’Un frasco basto’, tal es la expresión de una de las mujeres cuyos cabellos han sido restaurados a su color natural y cuya calva se ha repoblado. Los que quieren rejuvenecer los cabellos y conservarlos toda la vida debe procurarse inmediatamente un frasco de Restaurador Universal del Cabello de las Señoras S.A.”.
5.Cerveza para niños
Varios periódicos, 1923
“Porque la cerveza se da a beber a los niños con frecuencia, es esencial estar seguros de su calidad y alta pureza. Cerveza Carta Blanca es un alimento puro y nutritivo”.
“Se fabrica en tanques esmaltados; en aire filtrado; se embotella por el proceso más sanitario, con la más moderna maquinaria. Su hijo se beneficiará tomando Carta Blanca”.
6.Me curé fumando
Excélsior, 1902
“Para combatir los penosos síntomas de ahogo que agotan sus fuerzas y le dejan postrado, precisa un remedio que además de positivo, sea cómodo: que pueda emplearlo sin descuidar sus obligaciones”.
“Compre los cigarros balsámicos del doctor Andreu. Estos, proporcionan al enfermo un alivio instantáneo. A estos cigarros, famosos desde hace 60 años, millares de enfermos les deben el poder de seguir viviendo.”
7.Al que se robó mi identidad
El Monitor Republicano, 1885
“Teniendo conocimiento de que hay otra persona que lleva mi nombre y apellido y que ha tomado mi firma para pedir dinero y efectos en el comercio, advierto a las personas que me honran con su confianza no obsequien ningún pedido por escrito, pues sólo responderé por los que haga personalmente y que en lo sucesivo firmaré: Genaro López Galicia. México 12 A. de la Violeta 12”.
