A pesar de que llevar una vida activa es una de las mejores cosas que podemos hacer (además de mantenernos en forma, sirve para entretenernos), nadie puede negar que dormir es una de las cosas más gloriosas del mundo.
Además de ser un acto necesario para reponer la energía gastada en el día, nunca está de más el tomar una rica siesta y, así, levantarse con una gran sonrisa.
Este último punto al parecer no es un sueño guajiro, ya que según un estudio científico, las siestas cortas pueden ser parte del camino a la felicidad.
En palabras del profesor Richard Wiseman, de la Universidad de Hertfordshire:
Investigaciones previas han demostrado que tomar siestas de 30 minutos te hacen enfocarte mejor, ser más productivo y creativo, y estos nuevos descubrimientos sugieren la posibilidad de que puedas ser más feliz al tomar siestas cortas.
Para comprobar estos resultados se llevó a cabo un estudio en el Festival de Ciencia Internacional de Edimburgo, en donde mil participantes se sometieron a la terrible y agotadora tarea de tomar una siesta.
Creando un sistema de cinco puntos de felicidad, los científicos descubrieron que aquellos que tomaron una siesta rápida alcanzaron una calificación de 3.67 puntos en la escala de felicidad…, no estamos bromeando, es en serio.
Quienes no tomaron la siesta alcanzaron un nivel de 3.52 y aquellos que se tomaron una pestañita bastante larga, alcanzaron 3.44 puntos.
Pues sí, tal parece que una jetita de media hora puede hacer la diferencia, mejorando nuestro estado de ánimo. Claro, tampoco es que sea algo 100% bueno para la salud, ya que el tomar muchas siestas puede llevar a un estado de narcolepsia, resultando en algo más bien contraproducente.
En fin, vayan recomendándole a su patrón que los deje echarse una pestañita de media hora para que sean más productivos.
