Así es… por muy bien organizada que se ve la siguiente pirámide humana, tuvo un punto débil y, para mala fortuna de seis de los jóvenes que la integraron, irremediablemente se derrumbó…
Y decimos “mala fortuna de seis de los chavos”, porque ellos fueron los que resultaron con heridas después de la aparatosa acción. Incluso uno sale con el brazo roto.
El acontecimiento sucedió en Japón, tierra de estricta disciplina, por lo que estamos seguros que en breve los 150 estudiantes regresarán por la revancha.