A pesar de los muchos esfuerzos de conservación por parte de muchos activistas y organizaciones, la naturaleza aún tiene que lidiar con la cacería furtiva; la cual se cobra la vida de miles de animales cada año.
La última víctima de esta desvergonzada actividad fue uno de los emblemas más grandes de Kenia perteneciente a un raro tipo conocido como “superelefantes”, debido a su tamaño y el de sus colmillos. Satao II, paquidermo cuyos colmillos tienen un peso de 51 kilos cada uno, fue encontrado muerto por los guardabosques de la reserva Tsavo.
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Los guardabosques llegaron momentos antes de que el veneno de la flecha que le dispararon lo matara. A pesar de que lograron atrapar a dos de los cazadores, la muerte de Satao II es una gran pérdida para la reserva y la conservación de estos animales.
Se calcula que quedan entre 25 y 30 de estos elefantes en todo el mundo, así como 15 crías que, de llegar a la edad adulta, podrían convertirse en “superelefantes”.
El tráfico de marfil ha sido el peor martirio para estos animales. Se reporta que alrededor de 30 mil elefantes son asesinados por cazadores que venden los colmillos en el mercado negro. Lo anterior a pesar de que el tener un artículo de marfil es considerado como ilegal en varios países del mundo.
Esta desgracia ocurrió tan sólo a dos días de que uno de los guardabosques fuera asesinado en una revuelta.
En fin, mientras que la población general de elefantes ha logrado crecer, ejemplares como Satao II son sumamente raros y actos como éste interfieren con la conservación de estos animales.