Cuando se trata de entregas de pizza a domicilio la mayoría de las empresas tienen una política que indica que si el repartidor se tarda más de 30 minutos en llevar el pedido a tu domicilio, entonces éste es completamente gratis. Y sí, aunque sabemos que muchos trabajadores se pasan de listos y llegan cuando se les hincha la gana, también estamos conscientes de que otros sufren accidentes en los trayectos.
Justo eso fue lo que le ocurrió a Ernesto, un hombre de 63 años que trabaja como repartidor y que el pasado 27 de julio sufrió un accidente en moto cuando se dirigía a entregar un pedido. A pesar de todo, el caso de este señor se hizo viral no por el incidente en sí, sino por la respuesta que recibió por parte de la empresa en la que labora cuando informó lo que le había pasado, la cual únicamente se preocupaba por el estado del producto y no por la salud del señor.
Esto ocurrió en Argentina y la situación se dio a conocer gracias a una periodista local llamada Yanina Otero, quien al ver al repartidor tirado se acercó a auxiliarlo. Otero contó a través de su cuenta de Twitter que mientras ella pedía una ambulancia para que atendieran al señor Ernesto, él se encargó de dar aviso a la empresa Glovo -un servicio de pedidos a domicilio que se realizan a través de una app- que había tenido un accidente y no llegaría a tiempo para entregar la pizza.
Sin embargo, la respuesta de la empresa no era lo que uno esperaba leer. ya que Glovo únicamente intentó comunicarse con el repartidor para saber el estado de la pizza y que don Ernesto le mandara fotos del producto tirado para poder hacer efectiva la cancelación del envío, todo esto a pesar de que el hombre les dijo en varias ocasiones que no podía moverse y que le era imposible hacer lo que le estaban pidiendo.
Hace un rato socorrí a un repartidor de pizza que lo atropelló un auto. Mientras yo llamaba al Same, el hombre – tirado en el piso y sangrando- avisaba a la app que había tenido un accidente.
Lo único que le importaba a ellos era el estado de la pizza.
Perverso es poco. pic.twitter.com/ccbZj3ZyLS— Yanina Otero (@yayaninaa) July 27, 2019
Si las cosas no podían ponerse peor, la mujer relató que en el lugar apareció la persona que había pedido la pizza y sin una pizca de consideración, abrió la puerta de la moto de don Ernesto y se llevó el producto. Toda la historia causó gran indignación entre los habitantes de Buenos Aires (e internet en general), pues muchos afirman que es una prueba muy cruda de la poca empatía o solidaridad que la gente tiene por los demás hoy en día.
Posteriormente, Yanina Otero dio a conocer que el hijo del señor se había puesto en contacto con ella y que le informó que aunque don Ernesto había sufrido un golpe fuerte en la cabeza, nada había pasado a mayores gracias al casco que usaba. El joven también le dio las gracias a la periodista por auxiliar a su padre cuando más lo necesitaba y por haberse quedado con él hasta que llegara al lugar del accidente.
Hablé con el hijo de Ernesto. Por suerte está bien, solo un poco dolorido.
Me cuenta que Ernesto tiene 63 años y trabaja para Glovo porque hoy no tiene otra cosa. Si alguien leyó esta historia y puede ayudarlo, por favor que se comunique conmigo y los pongo en contacto.
Gracias pic.twitter.com/wSGJXeErso— Yanina Otero (@yayaninaa) July 28, 2019
En cuanto a la empresa, la situación le hizo recibir miles de críticas por la respuesta tan inhumana que tuvieron con el trabajador. Sin embargo, Don Ernesto dijo al diario Clarín que habló con el gerente de operaciones de Glovo en Argentina a quien calificó como una persona muy amable. “Me pidió disculpas y estuvimos hablando con algunas cuestiones que tienen que ver con el funcionamiento de Glovo, para ver si nosotros podemos hacer aportes para mejorar la aplicación y el desempeño de esta nueva actividad”, mencionó.
Por otro lado, el repartidor destacó que una de las cosas por las que la app pide fotos de los productos es porque muchos de los repartidores se pasan de vivos y son capaces de fingir un accidente para quedarse con la mercancía, situaciones que hacen que la compañía sea más dura con las personas que laboran con ellos y que, como en su caso, a veces sí tienen percances reales.