Un día como hoy pero de 1606 nació Rembrandt Harmenszoon van Rijan –para los compas sólo Rembrandt-, uno de los pintores más reconocidos en la historia del arte. Hoy celebramos su cumpleaños número 410 y a pesar de los siglos que han venido encima, su arte sigue intacto e invaluable, mostrando su característica y contrastante técnica que hoy en día sigue cautivándonos y demostrando su inigualable genialidad.

Considerado como uno de los mayores maestros de la pintura barroca, Rembrandt fue un reconocido pintor y grabador neerlandés que formó parte de la denominada “edad de oro neerlandesa”, considerado el momento cumbre en su cultura, ciencia, comercio, poder e influencia política.

Las obras de Rembrandt son principalmente paisajes, retratos -tanto colectivos como indivudales-, pasajes religiosos y autorretratos; además de sus dibujos y grabados.

 

 

La principal característica de sus obras es el sutil uso del claroscuro, empleando fuertes contrastes, lo que generaba interesantes dramas y comprensión de la naturaleza humana. De hecho su habilidad por retratar de la manera más sincera a las personas fue altamente reconocido en su trabajo:

“Ningún artista combinó nunca tan delicada habilidad con tanta energía y poder”, Diccionario biográfico Chambers.

Rembrandt fue el noveno hijo del matrimonio de Harmen Gerritszoon van Rijan y Neeltgen Willemsdochter van Zuytbrouck, molinero e hija de panadero respectivamente, oficios que en aquel entonces era bien remunerados -gracioso, ¿no?-. Para no aplicar el “wikipediazo”, su vida se resume en una ola de éxito que se apaciguó en sus últimos años de vida en donde el pintor vivía de una forma precaria y sumergido en la pobreza.

Y es que la vida de Rembrandt parece seguir la misma técnica de sus pinturas, un alto contraste entre el éxito y una ola de acontecimientos grises que apocaron su vida.

 

 

Su talento era nato y altamente reconocido, lo que le permitió desde joven desarrollarse como pintor y grabador profesional, tanto que hasta montó su propio estudio con todo el equipo necesario. Gracias a su primer esposa, Saskia, logró codearse con la gente de abolengo, retratándolos y viviendo de eso por unos buenos años, pero el éxito se vio opacado poco a poco tras acontecimientos melancólicos en su vida. Tres de sus cuatros hijos murieron casi después de haber nacido, fue su último hijo, Titus van Rijin, quien logró alcanzar la madurez, aunque su esposa murió poco después del parto por tuberculosis.

Rembrandt comenzó otra relación con Hendrickje Stoffels, con quien tuvo a su hija Cornelia. Dicha relación fue un tanto controversial por las acusaciones de la iglesia, sin embargo, a ellos no les pareció importarles ya que continuaron juntos sin llegar a casarse.

Fue hasta 1656 que Rembrandt comienza con una crisis económica. El invertía gran parte de su dinero en arte, y después de que los juzgados de aquella época impedían su declaración de bancarrota, el artista tuvo que vender la mayoría de sus pinturas y una buena parte de su colección de antigüedades, desde dibujos, pinturas por los viejos maestros flamencos, bustos de emperadores romanos, armaduras japonesas, curiosidades del Extremo Oriente, rarezas naturales y minerales fueron puestas en venta sin gran éxito en la remuneración, lo que llevó al artista a mudarse a una casa mucho más modesta y a vender su estudio con todo el equipo, desde entonces dejó de hacer grabados por la falta de equipo.

 

 

Y por si fuera poco, la sociedad de pintores de Ámsterdam, lo consideró como un escándalo, por lo que adoptaron un reglamento para que nadie en la misma situación económica como la de Rembrandt pudiera comercia como pintor. Para evitar esto Hendrickje y su hijo Titus abrieron un negocio de arte en donde Rembrandt trabajó como un “empleado”.

A pesar de que su fama aún no se extinguía y seguía recibiendo trabajos, su desempeño disminuyó y complicó su estado económico. Él logró sobrevivir ante la muerte de Hendrickje -fallecida en 1663- y la de su propio hijo Titus -quien falleció en 1668-. Rembrandt murió un año después de su hijo y fue enterrado en una tumba sin nombre en el Westerkerk de Ámsterdam. Su legado indudablemente es inigualable y no hay mejor forma de celebrar su cumpleaños que permitiendo que sus colores invadan nuestras pupilas con esta pequeñita galería de sus obras, disfruten.

 

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