¿Qué sería de nosotros sin el internet? Esta red llegó a nuestras vidas para cambiarla por completo –para bien o para mal–, prácticamente todo lo que hacemos es gracias a ella. Sin embargo, en los últimos años un montón de especialistas se han quebrado la cabeza para crear la conexión más rápida del mundo –capaz de descargar cosas en segundos–, en el Reino Unido lo consiguieron y a una velocidad inimaginable.
Resulta que los ingenieros del University College London (UCL) en conjunto con las empresas tecnológicas, Xtera y KDDI Research, alcanzaron un récord jamás antes visto a la hora de descargar contenido a internet. 178 Terabits por segundo (Tbps) fue la velocidad que consiguieron todos estos investigadores, rompiendo la marca que Australia se anotaba orgullosamente hace algunos meses.
Si no están tan familiarizados con el tema y para que se den una idea, a esta velocidad y de acuerdo con la propia UCL, podrían descargar de internet el contenido completo de Netflix en un solo segundo. Sí, leyeron bien, todas las series y películas del gigante del streaming podrían estar al alcance de nosotros con esta poderosa conexión mientras parpadeamos, o al menos eso es lo que ellos dicen.
Por si esto no fuera suficiente como para dejarnos con el ojo cuadrado, en el Reino Unido superaron en un 20 por ciento el récord anterior y es muchísimo más rápida que las conexiones que tiene la NASA. Ya para terminar y para que quede muy claro nuestro punto, es 17,800 veces más rápida que las actuales conexiones de internet que están disponibles para los simples mortales como nosotros.
¿Cómo consiguieron esta descarga tan veloz en internet?
Y quizá se estén preguntando, ¿cómo fue que lograron esto? Bueno, pues la investigadora a cargo de este logro, la doctora Lidia Galdino explicó qué fue lo que hicieron. Resulta que todo esto fue posible gracias al uso de frecuencias en un espectro mucho más amplio que el que se utiliza de forma comercial en instalaciones tradicionales de fibra óptica.
Según lo que explica Gadino, la transmisión de información mediante pulsos luminosos en fibras es posible gracias a la propagación de haces de luz, que se reducen a lo largo de estas mediante el uso de dos dieléctricos – o en español, materiales no conductores de electricidad– con diversos índices de refracción.
Esto permite la propagación de información en forma de ondas electromagnéticas que pueden ser de un solo color –monocromáticas para los expertos– o más coloridas, aprovechando una mayor porción del espectro luminoso. Cuantas más frecuencias se usen de forma simultánea, más capacidad de transmisión tendrá la fibra. Una forma de medir esto es el ancho de banda de la luz utilizada.
Hasta ahora, las redes comerciales de internet utilizan un ancho de banda de 4.5 terahercios (THz), mientras que algunos más modernos doblan e esta cifra hasta los 9 THz. En la explicación de todo esto, Lidia Galdino dijo que habían utilizado 16.8 THz para conseguir su hazaña, amplificando la señal para aumentar la cantidad de datos transmitidos.
¿Se podría utilizar esta conexión en nuestras casas?
Para las pruebas los investigadores generaron bits aleatorios con una computadora. Estos fueron enviados a través de una red de fibra óptica de 40 kilómetros que utilizaron para las pruebas. Ahí fue donde alcanzaron los 178 Tbps, o unos 22.250 GB enviados en un segundo, que en palabras más coloquiales sería unas dos millones de veces más veloz que una conexión comercial mediante fibra óptica común y corriente.
Quizá la pregunta más importantes aquí es, ¿es viable que esta conexión a internet llegue a nosotros? Los responsables del proyecto mencionaron que esto se puede aplicar también a la infraestructura existente de fibra óptica actual. Sin embargo, debemos dejar muy claro que no se van a conseguir los espectaculares 178 Tbps, pero puede ayudar a mejorar las velocidades actuales y reducir el tráfico que ya hay en la red.
