Lo que necesitas saber:
El Parque Nacional del Desierto de los Leones acompaña a la CDMX desde hace un largo tiempo. Ahora le tocó tener trabajos de rehabilitación para mejorar la calidad de su suelo y su vegetación.
Uno de los pulmones más importantes de la capital mexicana hoy tiene un segundo aire con nuevos árboles, el cuidado y la conservación de sus suelos y otros tantos arreglos necesarios para poder conservarlo de la mejor manera. Así es, rehabilitan el Parque Nacional del Desierto de los Leones para el gusto de todos sus visitantes.
Qué mejor que proteger y preservar una de nuestras áreas naturales protegidas favoritas para que podamos contar con ella por muchos años más. El Parque Nacional Desierto de los Leones es uno de los tesoros que tiene la capital de la CDMX. Cuenta con 1 529 hectáreas de bosque y vegetación que ayudan a mejorar la calidad del aire de la ciudad.
El objetivo de esta rehabilitación llevada a cabo por la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) en colaboración con las comunidades agrarias de Santa Rosa y San Mateo Tlaltenango, es mejorar la calidad del suelo del parque, así como recuperar la vegetación mediante obras de conservación.
Labores de conservación para el Desierto de los Leones
Un área natural no puede cuidarse sola, y mucho menos si recibe una gran cantidad de visitantes durante todos los días del año. Este bosque ubicado al sur de la CDMX, en la alcaldía Magdalena Contreras, ya merecía un segundo aire. Las labores de conservación ayudan a preservar su flora, su fauna y la belleza natural con la que acompaña a la gran urbe y siempre está a nuestra disposición.
Entre las acciones de conservación se crearon nuevas presas con troncos, morillos y ramas, se mejoró la calidad del suelo y se recuperó vegetación, además se realizaron ciertas medidas de prevención contra los incendios forestales.
Asimismo, se delimitaron ciertas zonas que no son destinadas para estacionamientos públicos, se cerraron algunas rutas de ciclismo que ya tienen un alto grado de erosión y se colocaron cordones a curvas de nivel para la contención del suelo.
Y es que, según SEDEMA, factores naturales como el viento y la lluvia causan la degradación del terreno, así también algunas actividades de sus visitantes como el ciclismo de montaña y el senderismo, que querámoslo o no, desgastan los suelos del lugar.
En fechas recientes se pudieron detectar especies como el lince americano, el coyote y la zorra gris, que hace mucho no se veían por este bosque. Además, en este lugar habitan 94 diferentes especies de aves migratorias.
El Desierto de los Leones, un bosque más de la CDMX
Entre los bosques que podemos encontrar en la Ciudad de México, tenemos este mítico lugar que es el primer Parque Nacional de todo el país, proclamado así en 1917, gracias a la propuesta que el investigador mexicano Miguel Ángel de Quevedo —que también donó y fundó los Viveros de Coyoacán— le hizo al entonces presidente Venustiano Carranza para convertir esta área boscosa en una zona protegida.
Los capitalinos contamos con otros lugares donde reina la naturaleza, como el Bosque de Tlalpan, el Parque Nacional Los Dinamos, La Marquesa, el Bosque de San Juan de Aragón o el Bosque de Chapultepec, entre otros que representan todo un orgullo y son un privilegio para cada mexicano y cada uno de los extranjeros que los visitan.
Los grandes árboles, los campos y los manantiales son un tesoro que hay que valorar. Hay que saber cómo cuidar estos lugares, que además están llenos de historia y de cultura y tienen mucho que contarnos.
Algo de historia de este Parque Nacional rehabilitado
Conocido antiguamente como “El Desierto de Nuestra Señora del Carmen en los Montes de Santa Fe”, este bosque alojó al primer convento de México, construido por Fray Andrés de San Miguel y la orden de los Carmelitas Descalzos en el siglo XVII.
De ahí se le quedó el nombre de “desierto”, más bien como un término espiritual, por tratarse de un lugar apartado entre la Ciudad de México y Toluca que servía para la meditación de los religiosos, aunque como todos sabemos, este bosque no tiene nada de desierto en cuanto a su clima o vegetación.
Y es llamado “de los Leones”, porque hace tiempo ahí habitó el puma o león americano. Otra versión cuenta que es porque durante algún tiempo, los hermanos León fueron los propietarios de los terrenos. La zona del Desierto de los Leones fue declarada como reserva forestal desde 1876 por sus manantiales, que daban abasto a la ciudad.
El convento del Desierto de los Leones queda abandonado
El convento carmelita quedó abandonado a principios del siglo XIX por diferentes causas, como el clima frío que ya lo hacía inhabitable, porque cada vez la zona recibía más visitantes —lo que puso en riesgo el voto de silencio de los religiosos— y porque además había disputas entre las familias que se decían dueños de la zona. Además, con la guerra de Independencia, la orden cedió su convento al Estado.
Entonces, el hoy exconvento llegó a funcionar como cuartel militar y terminado el conflicto, se dice que ahí mismo se estableció una fábrica de vidrio que en realidad producía dinero falso. En sus tiempos conventuales, el bosque llegó a tener 10 ermitas ubicadas en diferentes puntos, de las que en la actualidad quedan sólo 8 en pie.
Hoy el antiguo convento está restaurado y queda como un lugar histórico que recibe visitantes. En él, incluso se pueden celebrar bodas y otros eventos. Además, tiene un restaurante y aloja al Museo Bicentenario. Seguramente con la rehabilitación del parque, también lo podremos ver renovado y con nuevos aires.
El Desierto de los Leones: Un bosque rehabilitado
El Desierto de los Leones, como muchos otros parques nacionales, ya necesitaba estas obras de rehabilitación. Su belleza natural nos acompaña y está ahí para visitarlo y pasar un día excelente entre sus árboles. El Parque Nacional está abierto de lunes a domingo de 8:00 a 17:00 horas y el exconvento abre sus puertas de martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas.
