¿Disfrutan su domingo?

Pues más les vale, porque el apocalipsis está más cerca de lo que pensamos, hasta nos recuerda este promocional de Fear the Walking Dead

Pues sí amiguitos, el terror está a la vuelta de la esquina, sólo que en lugar de venir en forma de zombies, muerte y destrucción, adquirió la forma de millones de alumnos regresando a clases en todo el país. Tráfico, señoras histéricas, y papelerías y tiendas de autoservicio a reventar, son sólo uno de los muchos problemas a los que tendremos que enfrentarnos desde mañana.

Y es que esto del inicio de clases nos afecta a todos.

– Los niños y adolescentes sufren porque ya no habrá más días de levantarse tarde y pasar horas y horas con los amigos, jugando videojuegos, perdiendo el tiempo en las redes sociales o desvelándose viendo el Golden Choice series en Netflix.

– Los padres de familia teniendo que gastar un dineral en útiles (que sus hijos perderán en la primera semana), uniformes y viéndose obligados a retomar la rutina de levantarse temprano para llevar a sus querubines al colegio y después hacer las tareas con ellos.

– Los maestros al tener que soplarse nuevamente a 40 o más chamacos ajenos. Si a ti muchas veces te caen gordos tus hijos, imagina tener que soportar a los ajenos.

– El resto de los mortales que sin deberla ni temerla se tienen que soplar las calles llenas de autos o los distintos tipos de transporte público al tope de su capacidad.

¿Ya ven? ¡Nadie es feliz! Para tomarnos las cosas con humor e irnos preparando para lo que veremos mañana, les traemos un breve recuento con los momentos clásicos del regreso a clases. Seguramente les ha tocado vivir la gran mayoría:

El horrible regreso a la realidad

Lo primero es tener que resignarse a ya no dormir tan tarde. Si eres padre de familia o el alumno que regresa a clases, nuevamente tendrás que habituar a tu cuerpo a levantarse temprano para tener un horario de presidiario. La bronca comienza desde la noche del domingo, pues no tienes nada de sueño.

Si a esto le suman la emoción o nerviosismo que tienen muchos por entrar a una nueva escuela, o la tentación que genera el despertarse temprano, entonces tenemos como resultado que esta noche en muchas casas los miembros de muchas familias no dormirán nada bien.

Las prisas

Bueno, si nadie dormirá por el “gusanito” de tener que madrugar, lo normal sería llegar temprano a la escuela ¿no?

Pues no, los mexicanos solemos dejar todo para el último momento, por lo que no es raro que a muchos se les haga tarde por andar planchando uniformes, preparando lunches o buscando lápices.

Otro factor que nos hecha a perder la vida durante este primer día, es que todos piensan que saliendo temprano no encontrarán tráfico, pero al salir temprano “en masa” ocasionan que haya el mismo tráfico infernal pero aún más temprano.

De cualquier forma perdemos.

Vialidad

Si en la ruta a tu chamba pasas por algún colegio ya valiste. Desde cuadras atrás te toparás con un tráfico terrible pues al menos durante los primeros días las escuelas y autoridades de vialidad quieren dar “el gatazo de que están bien organizados” e impiden que los autos se estacionen en doble fila para dejar a sus pequeños. Entonces forman una fila de autos que van deteniéndose cuando llegan hasta la puerta del colegio y donde la despedida al hijo (hasta parece que se va a vivir a Europa) dura varios minutos.

Resultado: Claxonazos, señoras mitoteras mentando madres, conductores malhumorados y niños estresados por llegar tarde el primer día (qué oso).

El panchazo del primer día

Sin saber cómo, logras llegar hasta la puerta de la escuela, y si es un Jardín de Niños, entonces aquello parecen cantina después de la derrota de la Selección Mexicana en un Mundial: Todos están chillando.

  • Lloran los niños pequeños, que nunca se han separado de su mamá y ahora deberán enfrentarse a los desconocido.
  • Lloran las mamás que ven crecer tan rápido a sus bebés y se les rompe el corazón cuando cruzan la puerta del colegio.
  • Y lloran un montón de alumnos más, que aunque ya habían ido a la escuela terminan por contagiarse y hacen su pancho.

Al principio pensamos que sería mala onda poner una galería de niños sufriendo en su primer día de clases, pero luego recordamos que es algo por lo que todos pasamos, primero como alumnos primerizos y luego como papás, así que, con gusto les presentamos estas bonitas imágenes…

(¡Atención hermanos mayores, llamen a sus hermanitos para que las vean y desde ahorita agarren la actitud dramática)…

La verdad de grandes sufrimos igual los lunes por la mañana cuando llegamos a la oficina.

Por cierto, ¿sirven de algo las paletas y dulces corrientitos que compran las maestras para darles a los niños el primer día, o solamente es una bonita tradición?

La fiesta secreta de las mamás

Tras dejar a sus hijos en la escuela, decir que “tienen el alma destrozada” y soltar unas cuantas lágrimas, cuenta la leyenda que las mamás locochonas que no chambean se van a un Vips, Sanborns o Bisquets de Overgón Obregón cercano, y festejan que tendrán varios meses de tranquilidad por las mañanas, tiempo que aprovecharán para echar chisme con sus amigas, retozar en los brazos del señor que pasa vendiendo garrafones de agua o ir a clases de yoga.

Esto no nos consta pues todavía no somos mamás ni sabemos nada del milagro de dar vida.

Forrar cuadernos y demás menesteres escolares

Después del calvario del primer día escolar, los papás se enfrentan a otra tarea monumental: Comprar los útiles escolares que faltan y comenzar a forrar libros y cuadernos. Labor titánica, tediosa y poco valorada, en donde se debe lidiar con etiquetas, papel lustre y plásticos de esos que se pegan entre sí.

Claro, que también hay quienes prefieren comprar Forros Ideal (del changuito) que nunca quedan bien.

Tampoco dejemos de lado la tediosa labor de hacer margenes y numerar las hojas.  Por cierto, no les encontramos la más mínima utilidad a lo mencionado en los últimos dos párrafos.

Y agarrense porque…

Lo anterior es sólo el inicio, ya que durante los próximos meses a todos nos esperan cosas terribles.

A los alumnos: Tareas, exámenes, trabajos en equipo, libros divertidísimos que leer, que no nos pele la que nos gusta, etc.

A los papás: Ir a firmas de boletas y ver que nuestros hijos son igual de brillantes que nosotros, tener que gastar en más útiles, soportar los eternos festivales escolares, ayudarle a tus criaturas a estudiar cosas de las que ya ni te acuerdas, etc.

Al resto de las personas: Tráfico intenso de lunes a viernes de aquí a diciembre y supermercados llenos los fines de semana.

En fin, bienvenidos al infierno en la Tierra.

Aún así, disfruten de esta bella oportunidad que tienen de estudiar y educarse, sólo así haremos de este un país mejor…

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