Algunos creen que el destino de las personas se traza a partir del lugar donde nacieron. Pero, qué pasa cuando un bebé decide llegar al mundo en un avión a más de tres mil pies de altura, en uno de los asientos más incómodos que existen y donde existe cierta dificultad para encontrar a un médico. ¿Será que el niño se dedicará a ser acróbata o contorsionista?

Pues resulta que Mehdi, una mujer originaria de Marruecos, confiada en que le faltarían dos semanas para su fecha de alumbramiento, aplicó la de la vieja confiable, viajando a Chicago, en compañía de su esposo, para que el pequeño obtuviera la nacionalidad estadounidense.

¡Qué tino! Mujer da a luz en pleno vuelo, el avión volaba de Estambul a Chicago
Twitter: @OfficialJoelF

Pero, como generalmente suele ocurrir en madres primerizas, la fecha de parto no es exacta y los niños, pueden llegar en cualquier momento. Así que, justo en plena clase turista, la mujer comenzó a quejarse. Los gritos no se hicieron esperar cuando el dolor aumentó de intensidad, lo que provocó que los demás pasajeros entraran en pánico.

Parto  a tres mil pies de altura

Aún así, Mehdi pensaba que se trataba de un retortijón, luego creyó que se había intoxicado con la comida del avión, incluso, su inocencia fue tal que llegó a creer que se trataba de apendicitis en vez de un largo y doloroso proceso de parto. Hasta que llegó lo inevitable, la joven rompió la fuente  a 30 mil pies de altura y en uno de los asientos más incómodos del avión.

¡Qué tino! Mujer da a luz en pleno vuelo, el avión volaba de Estambul a Chicago
Twitter: @moulidorai

Ante la embarazosa situación sobre todo para la mamá, la tripulación de cabina, que siempre está preparada para cualquier escenario, se vio obligada a utilizar el altavoz para hacer la pregunta que nadie quiere escuchar en el aire: ¿De casualidad tenemos un médico a bordo? Por suerte, el Dr. Feridun Kubilay, estaba entre los pasajeros y rápidamente se dirigió al frente del avión.

Aunque de acuerdo con ‘Insider’, el médico confesó que como cirujano permanente de tiempo parcial en Turquía, hacía más de 40 años que no asistía un parto,  por lo que iba a necesitar toda la ayuda posible de las sobrecargo de Turkish Airlines.

Afortunadamente para todos, todo quedó en una inolvidable y feliz anécdota. Mehdi, se convirtió en mamá de un hermoso niño, mientras que ambos fueron llevados al hospital en cuanto el avión aterrizó en su destino.  La madre estaba tan agradecida, que prometió bautizar al bebé con el nombre del médico que la atendió, aunque horas más tarde, se arrepintió. Mientras no se le haya ocurrido nombrarlo como la aerolínea, todo está bien.

Lo cierto es que después de tan maravilloso momento, tanto la madre, como el bebé, merecen que la aerolínea les regale vuelos gratis de por vida. Como el bebé que nació en una tienda de conveniencia y los vendedores se tuvieron que convertir de la noche a la mañana en parteros.

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