No es ningún secreto que las armas son un peligro para la humanidad, sobre todo cuando no se tiene el cuidado de tratarlas con el respeto que se les merecen. Si no lo creen, pregúntenle al hombre que terminó enterrándose un proyectil de mortero en el lugar menos indicado, ¡por el recto! ¡Auch!
Los médicos del hospital Real de Gloucestershire, en el Reino Unido, se vieron obligados a llamar al equipo de Eliminación de Artefactos Explosivos y no precisamente por los gases producidos por el paciente, sino porque corría el peligro de que en cualquier momento el artefacto explotara y volara parte del lugar.
El hombre, cuya identidad quedó en anonimato por obvias razones, dijo el pasado 2 de diciembre del 2021 que se encontraba limpiando su colección de objetos militares, cuando perdió el equilibrio, tropezó por accidente y cayó sobre el proyectil de mortero, perteneciente a la Segunda Guerra Mundial.
Ante el intenso dolor, el sujeto no supo si perdió primero la honra antes que el trasero. Lo cierto es que, la munición de mortero que tenía 17 centímetros de largo y seis de ancho, casi le destroza hasta las entrañas. Para que te des una idea, este tipo de proyectiles se utilizaba para penetrar los tanques de guerra. ¡Doble auch!
No pasó a mayores
Afortunadamente, esta historia pudo tener un final feliz. El artículo ya había sido retirado por los médicos cuando llegó el escuadrón de bombas, agregó el portavoz, y el EOD confirmó que “se siguieron los protocolos de seguridad relevantes para garantizar que no hubiera ningún riesgo para los pacientes, el personal o los visitantes en ningún momento. El proyectil ‘no estaba vivo’ y por lo tanto, no era un peligro para el público”, recupera ‘Insider’.
Por supuesto, esto no tiene nada que ver con los comentarios del diputado por Morena, Carlos Manzo Rodríguez, quien en su tierna propuesta para que se detengan los disparos al aire durante las fiestas decembrinas, hizo un llamado para que quienes disfruten de estas prácticas “se disparen en el fundillo”. ¡Qué fuerte!