¿No se lava las manos después de ir al baño, tiene hábitos más asquerosos que Joachim Löw o simplemente se acabó el amor? Algo debe saber Melania. Algo de lo más desagradable que le haga rechazar la mano de su amado y muy galán esposo, Donald Trump.
En una más de sus aventuras por el mundo, el republicano se hizo acompañar de su apapachable esposa, la cual ni siquiera por protocolo aceptó agarrar la fofa y naranja mano del mandatario estadounidense.
El primer desaire ocurrió en Israel, cuando al llegar al aeropuerto de Tel Aviv y enfrente de toda la banda judía, la primera dama estadounidense no correspondió a la desganada invitación que Trump le hiciera para tomar su sudorosa mano.
Más aplaudida que criticada, ahora por segunda ocasión doña Melania le hace el feo al republicano. Esta vez fue en Roma, cuando ambos descendían del Air Force One, potente nave presidencial que para nada apantalló a la exmodelo quien nomás hizo la finta y a la mera hora dejó a Trump como EPN cuando se encuentra con Obama y Trudeau.
Triste situación la de la pareja presidencial, la cual hace unos meses desparramaba miel (dijo nadie nunca).
