Así como varios trastornos de personalidad, la psicopatía sigue siendo un tema de investigación bastante relevante en la comunidad científica. Muchos expertos aún intentan encontrar y señalar patrones de comportamiento para identificar la presencia de dicha condición, en la actualidad no se puede definir uno específico.

Una persona psicópata se caracteriza por su falta de empatía, que básicamente le impide sentir culpa alguna por las consecuencias de sus acciones. De ahí es que algunos individuos desarrollan tendencias como mentir, manipular a otros para satisfacer sus propios intereses o en situaciones más complicadas, recurrir a la violencia.

Varios estudiosos opinan que dicha condición es algo con lo que se nace, pero una investigación más reciente afirma que también puede alimentarse con la influencia de los padres.

Aina Gullhaugen, una investigadora de la Universidad de Ciencia y Tecnología en Noruega, realizó un análisis profundo de todos los estudios internacionales relacionados con el tema y que fueron publicados en los últimos 30 años. Muchos de estos se dedicaron a observar y tomar nota de las necesidades psicológicas de los presos de alta seguridad en aquel país, así como otras regiones.

Partiendo de esa información, ella condujo un estudio propio para determinar si realmente los papás tenían algo que ver con los trastornos y su desarrollo con el tiempo.

Muchas de las descripciones dejaron claro que su comportamiento despiadado era un intento de señalar ciertos daños, pero que éstos se hacían de una manera inapropiada o mala, dijo Gullhaugen. En los casos citados y dentro de mi propio estudio, quedó claro que esos individuos poseen el deseo y la necesidad de establecer relaciones cercanas y que incluso les importa. Al mismo tiempo es igualmente claro que es casi imposible para ellos mantener dichos vínculos.

Dentro de la investigación, la científica también destacó que la influencia en el comportamiento de los sujetos no sólo estaba relacionada con el abuso físico; también se presentaron casos en los que el control de los padres sobre cada acción de sus hijos era un factor clave de sus trastornos antisociales.

Por lo que entendimos, la conducta psicópata bien podría ser el resultado de un estilo de vida basado en la violencia, la falta de atención o incluso el exceso de control por parte de los padres. Aún cuando no se puede estar seguro de que haya una influencia directa, se cree que podría tener mucho que ver.

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