A pesar de que el ser humano tiene prácticamente al resto de planeta contra las cuerdas, algunos animales se las han arreglado para permanecer fuera de su vista por muchos años. Una de las especies que sirven como ejemplo de esto es el delfín liso, que es considerado sumamente raro al punto en que no se tenían imágenes suyas… al menos hasta ahora.
Fue gracias al biólogo marino Marco Pinto-Torres, de la Universidad Austral de Chile, que ahora podemos ver las primeras fotografías de tres ejemplares de esta criatura. Durante una excursión a través de las aguas del Estrecho de Magallanes, el estudioso notó la presencia de cuatro delfines que tenían una apariencia muy extraña, así que, sin pensarlo dos veces, sacó su cámara y logró retratarlos.
Conocido como delfín meridional sin aleta o delfín liso del sur, el Lissodelphis peronii es una especie de cetáceo que no posee una aleta dorsal en el hemisferio sur. El simple hecho de notar su presencia fue una coincidencia fantástica, ya que el científico y su equipo viajaban hacia la Isla Carlos III únicamente para recolectar fitoplancton.
Al principio, un acompañante de Marco pensó que sólo se trataba de un grupo de orcas, ya que lo más probable es se hubieran topado con esa especie o con ballenas jorobadas, pero jamás imaginaron que darían con algo todavía mejor. Cuando se percataron de que estos animales eran más pequeños y no tenían aleta dorsal, entonces se dieron cuenta de que su hallazgo era sumamente importante.
“Inmediatamente nos dimos cuenta de que no se trataba de un delfín que uno puede ver ocasionalmente como el austral, la tonina overa o el chileno, que son las especies más comunes de la zona”, explicó Pinto-Torres, quien fotografió los cetáceos. “Como no tenía aleta dorsal, supimos que se trataba del delfín liso”.
¿Cómo fue que encontraron a esta especie en un lugar poco usual? Los científicos explicaron que esta escurridiza especie llegó hasta el Estrecho de Magallanes debido al crecimiento de algas en su costa. A pesar de que sólo se ha visto delfines lisos 12 veces desde 1980, la búsqueda de su fuente principal de alimento permitió que los científicos pudieran observarlos por 45 minutos, todo mientras tomaban algunas fotos.
Nos gustaría poder decir que tal vez este sea el inicio de una serie de avistamientos más frecuentes, pero si tomamos en cuenta la situación del calentamiento global y cómo varias especies de plancton están muriendo a velocidades alarmantes, entonces es probable que esta sea la última ocasión. Es imposible saberlo, pero la realidad es bastante cruda.