Sí, sabemos que muchos de nuestros lectores ya están “grandecitos” y son “bien acá” para la hora de echar pasión, pero no se hagan, ante uno de los sucesos más importantes de su vida, también se preguntaron mil cosas en ese momento.
Aunque ya pasó un tiempo -o tal vez estás a punto de experimentar tu primera relación sexual- quisimos hacer esta lista de cosas que te preguntas en tu primera vez.
¿Me va a doler?
Esta pregunta quizá rondó más en la cabeza de las mujeres que en la de los hombres (si hablamos de relaciones hetero, obviamente), pues de tanto estar escuchando las historias de tus amigas de lo terriblemente doloroso que era… ¿cómo no ibas a sentir pánico?
¿A qué hora me pongo el condón/cómo se pone?
Y el que diga que no… ¡MIENTE! Hombres, no se hagan, muchos de ustedes no sabían ni abrir el empaque del condón que les regalaron en el IMSS.
¿Voy arriba o abajo?
¿Cómo ibas a saber -si no fuera por las películas porno- que hay tantas posiciones?
Y… ahora, ¿qué se supone que debo hacer? ¿gemir?
Disculpen, pero hay personas que no sabían si los gemidos estaban permitidos.
¿Está permitido ver?
Mucha calentura, mucha calentura, pero ¿qué tal que tu pareja no se sentía incómoda? ¡Nadie sabía!
¿Me habré depilado bien?
Tu primera vez, igual que la de muuuuchos, fue planeada, así que la depilación era parte de este ritual.
¿Le estará gustando?
La inocencia los delató, no se hagan. Todos querían que ese momento fuera “perfecto”.
Si no siento nada, ¿es normal?
En ese momento aún no te sabías las mañas de tu pareja pero, ¿qué tal ahora?
¿Se enojará si le digo que ya me cansé?
Vamos, las condiciones físicas de esos cuerpos jóvenes tal vez no conocían aún lo que era entrarle con tooodo.
¿Ya mero termina?
¿Te dijo alguien cuánto duraba? NO
¿Y si quedo embarazada? / ¿Y si la embarazo?
Esto es típico. tu ingenuidad e inocencia juntas hicieron de tu cabeza un mar de dudas pero, sobretodo, no dejabas de sentir temor si ese “bello momento” se convertía en tu sentencia para comprar pañales.
¿Le cerré bien a la puerta?
Si no te fuiste a un motel y te arriesgaste a hacerlo en tu casa… ¿Qué tal si entraba alguien? ¡Debías asegurarte!
Y luego de que acabaron… ¿Nos abrazamos?
Entre la agitación y el pudor, no sabías si era contra el reglamento -no establecido- abrazar a tu pareja.