Es importante preguntarnos de vez en cuando si nuestros hábitos son saludables. Es decir, ¿a qué te estás exponiendo diariamente? Los expertos hablan de dos tipos de conductas habituales: las que benefician y las que perjudican. En pocas palabras, buenos y malos hábitos.
Tu alimentación, tu actividad física y tu agenda social dice mucho de ti y de tu cuerpo. Si durante nuestro desarrollo fuimos creando hábitos saludables (¡Hola, mamá!), generalmente gozaremos de mejor salud. Pero si por el contrario fuimos rebeldes y adoptamos costumbres que nos perjudican, seguramente los malestares serán más frecuentes en nuestras vidas.
Puede sonar muy cursi pero la relación más importante que tenemos es con nuestro cuerpo, y mucho de lo que le hace bien o mal tiene que ver con lo que ya definimos como hábitos. Por ejemplo, cuando nos enfermamos, nuestro cuerpo nos está reclamando que nos falta algo o estamos haciendo algo que no está bien. ¿Y qué pasa cuando nos sentimos mal físicamente? ¡Exacto! Nuestro buen ánimo sale por la ventana y se olvida de nosotros. Lo que nos lleva a la siguiente relación cuerpo-mente. No por nada, y en parte a la pandemia, los índices de depresión despegaron.
Así que la mejor manera de llevar una vida saludable es con mejores hábitos. Nuestra primera recomendación es que te la lleves más tranqui. El estrés y las desveladas pueden causar efectos negativos en tu sistema inmune. De igual manera, el tabaquismo y demás adicciones dejan a tu cuerpo bastante maltratado.
La alimentación es también un hábito para considerar. Se recomienda hacer entre 4 y 5 comidas al día con una dieta balanceada. De acuerdo con Perla Ramírez de Bayer, la mejor manera de cumplir con tu cuota de nutrientes es comiendo frutas y verduras de temporada. ¡Y hay maneras aún más sencillas! Puedes cargarte de Vitamina D con un buen paseo bajo el sol.
Lo que nos lleva al tema de actividad física. Aquí, depende de cada cuerpo, pero puedes empezar con 15 minutos de ejercicio, que mantendrá en línea tus niveles de oxígeno en la sangre. La socialización es otro hábito para considerar, pues ayuda con padecimientos propios de la química cerebral. Esto es importante porque la mente es precisamente nuestra primer defensa.
Finalmente, incluir Redoxon® AOX® en tus hábitos puede ser de mucha ayuda. Los tres mosqueteros de Redoxon® AOX® son las vitaminas C, D y Zinc. Muchos son los beneficios de esta tercia.
-Soporte al sistema inmune de manera diaria, para que estés saludable todo el tiempo y sigas disfrutando de cada día.
-Favorece la cicatrización de heridas.
-Defensa Antioxidante.
-Combate los efectos del estrés oxidativo.
-Ayuda a la función del sistema inmune también en personas que viven con diabetes y mejora el control glucémico.
Una vez que tu cuerpo se adapta a recibir los nutrientes de Redoxon® AOX® o cualquier otro vitamínico, empezarás a ver cambios en tu piel y en tu salud general.
Así que ya sabes: llévatela tranqui, come saludable, haz ejercicio, socializa y date tu Redoxon® AOX® por las mañanas, todos los días.
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