La mayoría de las veces, cuando un político se acerca a un niño es para cargarlo, darle su salivoso beso en el cachete y así tomarse la foto que lo hará verse buena onda: “ahh, hasta los niños lo quieren”.
Sin embargo, también hay aquellos que al estar delante de los menores, sacan la frustración por años de bullying que sufrieron en su propia niñez… caso del alcalde de Londres, Boris Johnson, quien se ve que de chavo no era muy bueno para los deportes, así que ahora que estuvo frente a un oponente de menores proporciones físicas, no dudó en demostrar su poderío.
Durante su visita a Japón, la versión inglesa de Donald Trump se echó un partidito de rugby con niños… evento que se tomó muy en serio, tanto que no se midió al enfrentar a Toki Sekiguchi, oponente de sólo 10 años al que derribó, cuando éste se le opuso en su camino a la victoria.
Pese a lo aparatoso del fregadazo, ambos salieron libres de lesiones. “sentí un poco de dolor, pero está bien”, confesó Johnson; por su parte el buen Toki dijo que fue “agradable” haber conocido al alcalde. Al final del aguerrido encuentro, el político se lució y regaló un balón de rugby a cada chamaco que con el que se midió.
Pues ya de menos…