Seguro lo recuerdan: sus legendarios gimoteos son difíciles de olvidar… pero bueno, al menos le sirvieron para salvarse de ir a dar al tambo, donde quizás lo harían derramar más lágrimas, pero de un modo nada agradable.
Ryutaro Nonomura, el político que en 2014 se hizo célebre por llorar desconsoladamente mientras intentaba defenderse de las acusaciones de acto de corrupción, por fin ha sido condenado… en teoría, porque en la práctica, de los tres años que le asentaron por el uso injustificado de fondos públicos, no pasará ni uno tras las rejas. ¿La razón? Su defensa alegó que Nonomura ya había recibido suficiente castigo con la cábula y humillación que provocó el exponerse llorando ante las cámaras.
En fin, vamos a contribuir a castigarlo más:
Pese a todos los memes y remixes que se le hicieron, parece que le salió barato al chilletas… esas lágrimas valieron los 9.13 millones de yenes que el ex miembro de la Asamblea regional de la prefectura de Hyogo malversó en 344 viajes que se aventó en los tres años que estuvo tranzándose el dinero.
El acusado “traicionó a los residentes de la prefectura con su ambición por el dinero”, dijo el juez que presidió el caso, Takeshi Samo, añadiendo que, durante el juicio, Nonomura en ningún momento mostró remordimiento alguno.
No obstante, el tribunal suspendió la sentencia de tres añotes en el bote, señalando que ya había sido sancionado socialmente… además de que regresó el varo. Es más, antes de ser dictada la sentencia, Nonomura conmovió al respetable con un nada sincero: “lo siento, estoy profundamente apenado”… vía blog.
Ahhhhhhh…
En fin, diferentes sociedades. Una prueba de que allá, en el lejano oriente, el honor es algo realmente apreciado. Nonomura lo perdió por completo.
