Mientras que aquí en México se utilizan gatos (los felinos) para meter drogas a las cárceles, en Costa Rica la entrega es vía aérea.
El enamoramiento de un custodio –que nomás suspiraba, mientras miraba al cielo- permitió que las autoridades de La Reforma –principal cárcel en Costa Rica- consiguieran capturar a una paloma que traía consigo un paquete de 14 gramos de cocaína, además de una buena ración de marihuana.
Según reporta El País, aunque la cucurrucucú llegó a su destino de manera impecable –el patio central del centro-, a uno de los guardias se le hizo raro que el ave llevara un pequeño bolso atada al pecho y atrapó al emplumado mensajero.
Claro que lo sucedido se prestó para la cábula entre los medios locales… y más por la forma en que el Ministerio de Justicia dio a conocer la noticia: presentando el “mugshot” de la mensajera (amarrada, para que no escape) con el letrero de “narcopaloma”… además de la fecha de su “detención”.
… Sin embargo, para las autoridades este caso es motivo de preocupación, ya que representa una nueva modalidad en el tráfico de drogas al interior de los penales… bueno, ni tan nueva, ya que en países como Argentina y Colombia ya se habían presentado casos parecidos.
Además, la maestría con que la paloma realizó su chamba, hace suponer que aunque apenas los del Penal se dieron cuenta de este hecho, no es la primera vez que sucede. Incluso ya tienen idea de cómo funciona el asunto: “la paloma fue adiestrada con las caricias de los reos, alguien la sacó y después regresó con el pequeño bulto negro adherido al cuerpo”, señala el diario español.
Pues mientras se aclara de dónde salió y para quién era el “amoroso” mensaje, la palomita ya fue trasladada a un zoológico, si tenemos suerte tal vez la veamos por Chapultepec.