Antes que todo: ¿recuerdan a Nickelback?, ¿saben que hubo una banda llamada Nickelback? Al parecer los canadienses sí lo saben y recuerdan con altos niveles de amargura, a tal grado que, para evitar que la gente haga la burrada de chupar y conducir, advierten que serán castigados con unas cuantas rolitas de los intérpretes de… de alguna de sus canciones.
No es broma. A través de un mensaje publicado en su página Facebook, la policía de Kensington pide que en esta temporada decembrina los conductores la piensen antes de ponerse atrás del volante después de haberle dado sus besotes a una caguama. De hacerlo, además de poner en riesgo la vida de muchas personas, se podrían hacer acreedores a una dura multa pero, además, llevarse un “regalo especial”: una copia del álbum Silver side up de Nickelback. En realidad es un cassette, pero de todos modos.
“Y cuando te atrapemos (lo haremos), además de una gran multa, un cargo criminal y una suspensión de años de conducción, también te daremos un regalo extra: escuchar Nickelback de camino a la cárcel. (…) Si es lo suficientemente tonto como para ponerse al volante después de beber, un poco de Chad Kroeger y compañía es el regalo perfecto para usted”.
Eso sí es crueldad y no jaladas.
Como verán, aunque los canadienses tienen fama de ser bastante tranquilitos, ahora se ve que cuando deciden ponerse salvajes, lo hacen en serio. Esperemos que de este lado las autoridades no copien la medida… o peor aún: “mejoren” el proyecto y lo adapten a las circunstancias nacionales. No sé… ir al Torito escuchando a Julión, La Trakalosa, al Buki o Jenny Rivera. ¿Cómo?, ¿ya lo hacen?… ¿y no los policías, sino los brutos que toman y manejan? Bueno, entonces olvídenlo.
Lo que no deben olvidar son las recomendaciones que hacen las autoridades de Kesington. Son fáciles: “Para evitarse problemas, sepan de antemano quién será el “conductor designado”, tenga el número de un taxi o pase la noche en casa con amigos. Cualquier cosa que elimine al posibilidad de beber y conducir”.
