Quienes alguna vez han tenido a un perro en sus vidas, saben que estas nobles criaturas no exigen mucho a cambio de su amor y completa lealtad. Para dar un ejemplo de lo que tratamos de decir, les contaremos la bella historia de un canino y de cómo fue adoptado.
Rubio era un perrito callejero que habitaba en Buenos Aires, Argentina, y como todo ser vivo, buscaba un sitio en este mundo al cual pertenecer. Un día, el canino conoció a Olivia Sievers, una mujer alemana que trabaja como auxiliar de vuelo, quien casualmente se había hospedado en un hotel que se encontraba por sus rumbos.
Después de jugar un rato con ella, se dio cuenta de que estaba perdidamente enamorado y que debía convertirla en su ama.
La tarea no sería fácil, porque este perro entendía que necesitaba algo más que un lindo rostro para conquistar a su amada Olivia. Pero Rubio no se rindió; esperó y esperó por meses afuera del hotel en donde la mujer se hospedaba. En muchas ocasiones, la ella lo vio ahí esperando, incluso después de que salía de Argentina debido a su trabajo.
Con el paso del tiempo, Sievers comprendió que el perrito la esperaría, aún si tuviera que hacerlo toda su vida, y eso le derritió el corazón. Después de seis largos meses, por fin se decidió a adoptarlo.
Actualmente, Olivia y Rubio tienen una vida juntos en Alemania, donde disfrutan sus vidas con la compañía del otro. Este es un sueño que muchos perros callejeros tienen, pero pocos realmente alcanzan, ya que muchas veces, la gente se fija mucho en la edad o apariencia del animal a la hora de adoptarlos.
Todos los perros en el mundo tienen tamaño y aspecto diferente, pero todos son hermosos animales en el interior. Nunca pierdan la oportunidad de adoptar a un canino, porque nunca saben cuando salvan una vida; cuando hacen un amigo fiel, o cuando aprenden una lección acerca del amor.