Si algo nos enoje y une a todos nosotros es la crueldad animal, pues no podemos entender cómo es que el hombre puede ser capaz de hacerle daño a estos seres inofensivos que solamente nos demuestran su amor. Lamentablemente, hemos visto un montón de casos donde se pasan de listos y de distintas maneras, pues no es necesario golpearlos y demás para violentarlos, y eso nos quedó claro con este perrito del que les queremos hablar.
Hace algunos días comenzó a viralizarse la historia de Sultán, un doggo que sin meterse con nadie terminó dañado. Resulta que su dueña, la usuaria de Twitter @Jiseland e originaria de Monterrey, Nuevo León compartió lo que le pasó al peludo, quien un día normal salió de casa para dar un paseo por las calles; sin embargo, regresó a su hogar con todas las cejas pintadas con un marcador de esos gruesos y permanentes.
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Este perrito regresó a casa pintado
Sí, así como lo leen. Tal cual lo que esta joven comentó fue “el perro se salió de la casa y regresó así”, además compartió una imagen del peludo después de todo este incidente. En ella podemos ver a Sultán mirando a la cámara y con dos cejas como las de un payaso pintadas en su rostro, algo que por supuesto causó toda clase de comentarios en redes sociales, con un montón de personas enojadas e indignadas por lo que le hicieron a este animalito.
“No descansaré hasta encontrar al culpable”, dijo la dueña del perrito, y tiene toda la razón, pues debemos recordar que ellos son seres vivos y no son para nuestro entretenimiento –y mucho menos para andarlos pintando–. Pero aunque no lo crean, la foto provocó las risas de algunos usuarios de Twitter, pero la gran mayoría no pasó por alto el hecho de que alguna personas mal intencionada se aprovechó de este indefenso peludo.
De hecho, después que la imagen de Sultán estuviera por todos lados, se creó una enorme conversación alrededor de este caso. Por un lado estaban los que recordaron que estuvo mal lo que le hicieron al doggo, pero también le echaron la culpa a la dueña por dejar que saliera a la calle sin correa y sin supervisión. De cualquier manera, hacerle algo así a un animal no está justificado, aunque nadie lo estuviera vigilando.