Es un clásico, ¿no? Te dicen que tu perrito será chiquito y termina pesando 25 kilos. “Tamaño sorpresa”, le dicen. Aunque, claro, nos imaginamos que la sorpresa salió todavía más grande para este chavo que quería adoptar a un pitbull, hasta que le ganó la risa y se dio cuenta que probablemente era una hiena.
“Le quería poner un nombre”, dice en su historia. “Ven, Nina… y el maldito perro se empezó a reír”.
Identificado solamente como @infared_Savage en TikTok, la historia de este pitbull que terminó siendo una hiena ha recibido más de 3 millones de reproducciones. Obvio, en el camino ha ido ganándose las carcajadas de todos —es que jajaja, ¿ya vieron al perro?
Su perrito adoptado resultó ser una hiena
El chavo recuerda que cuando llegó a la casa de su futuro mejor amigo, en lugar de un pitbull gris se dio cuenta que había algo extraño. “¿Le cortaste las orejas o algo? ¿Estás seguro de que es un perro?”, dice.
Dice que le presentaron a los “papás” del perrito en cuestión y claramente no se parecían en absolutamente nada. Todo, mientras el perrito —jajaja— estaba soltando carcajadas. “¿De qué se está riendo?”, recuerda. “No era una risa normal”.
“Esto no es un pitbull”, pensó. Sin embargo, el hombre le aseguraba que era solo una fase y que cuando creciera se iba a parecer a los perritos que conocemos.
Pero bueno, siguiendo: el caso es que @infared_Savage dice que siguió jugando con el perrito para hacerse amigos y que en un momento, jugando con una toalla, se emocionó demasiado. Le soltó una mordida e inmediatamente después le ganó la risa. “Fuerte como el demonio”, contó. Ahí se dio cuenta que en realidad estaba frente a una hiena pequeña.
Cuando empezó el reclamo, el hombre agarró a todos los cachorritos. “Juntó a todos sus orangutanes-lagartijas-zorros y se estaban riendo”, recuerda. Acá pueden ver el genial video de su historia.
Obvio, aunque sí tenía ganas de adoptar al perrito, el hombre cuenta que no se llevó a la hiena a su casa.
La risa de una hiena
Aprovechando que ya andamos en la historia mensa, vale la pena contar que la hiena no se estaba riendo porque estaba pasando un buen rato. Normalmente, la risa de estos animales —que en realidad son vocalizaciones cercanas a aullidos— están asociada con momentos de estrés.
Las hienas se ríen cuando se sienten amenazadas o creen que están bajo ataque. También se ríen o hacen estos ruidos cuando se sienten frustradas.
Aunque las hienas tienen mala fama —culpen al Rey León o a su idea de carroñeras—, la realidad es que son animales extremadamente sociales e inteligentes. Eso sí, aunque les llamen la atención, lo más recomendable es que no las tengamos de mascota… y no solo porque se ríen después de morderte.
