Una gran verdad en esta vida afirma que todos hemos llegado a comer pasada la media noche, ya sea porque no tuvimos tiempo durante las horas del trabajo o porque la dieta es demasiado estricta con nuestro pobre estómago y no pudimos soportar la presión. Después de todo, ¿quién saldría lastimado si se echan unas galletitas o un pedazo de torta que estaba en el refrigerador?

No podemos juzgar a nadie por hacerlo al menos una vez, pero la ciencia dice que bien podría ser malo para quienes intentan mantenerse en forma.

Un estudio asegura que comer a altas horas de la noche podría causar que ganáramos más peso, debido a que eleva los niveles de colesterol e insulina en una mayor proporción en comparación con otras horas durante el día. También puede afectar marcadores hormonales que se relacionan con la diabetes o las enfermedades del corazón.

Los científicos de la Escuela Perelman de Medicina, que pertenece a la Universidad de Pensilvania, realizaron un experimento con nueve personas adultas. Ellos debían cambiar sus hábitos alimenticios: por ocho semanas tenían que comer entre las 8 de la mañana y las 7 de la noche; luego tenían que alimentarse entre las 12 de la tarde y las 11 de la noche. Cabe mencionar que no se afectaron los patrones de sueño.

Además de descubrir los efectos negativos que ya señalamos antes, los estudiosos también determinaron que ingerir alimentos más temprano puede prevenir la necesidad de comer demasiado durante la noche, así como a prevenir efectos perjudiciales para la salud que podrían hacerse crónicos.

Ahora ya lo saben, damas y caballeros. Por más tentadora que parezca, la idea de re-calentar la pizza en la noche no es tan conveniente, así que tal vez podrían optar por guardarla para saciar su apetito en las mañanas.

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Comentarios

Comenta con tu cuenta de Facebook