Contrario a lo que supone, la defensa y protección de los animales, se ha vuelto un tema polémico y es que al exhortar a abandonar las practicas que supongan un maltrato o sufrimiento a los animales, muchos se lo han tomado como una ofensa personal. Desde hace un par de años, se ha intentado frenar las corridas de toros, pero antes de que hagan lo mismo con las peleas de gallos, el estado de Hidalgo planea una iniciativa para que se conviertan en un Patrimonio Cultural e Inmaterial del Estado y de esta forma, no las puedan prohibir.
Todo inició hace unos días, cuando Veracruz se convirtió en el primer estado de la república en prohibir por ley las peleas de gallos, como lo señala la Ley de Protección a los Animales del estado, temiendo que esta corriente se extendiera hasta Hidalgo, el Comité Gallero, apoyado por el diputado Enrique Garnica, legislador de Morena, lanzó la iniciativa.
Seamos honestos, si bien es cierto que para algunos las peleas de gallos resultan una barbarie, la verdad es que en pleno siglo XXI, siguen siendo uno de los principales centros de atracción de ferias, fiestas y palenques municipales. No es casualidad que en todo el país existan más de 1,200 clubes y asociaciones de criadores de gallos de pelea, eso sin mencionar los que se siguen dando de manera clandestina.
Pero cabe resaltar, que aunque las peleas de gallos se han arraigado en nuestro país, no es un espectáculo nacional. Es un espectáculo que proviene de Asia. En China ya se celebraban hace 2500 años y es posible que mil años antes se hicieran en la India. Pero desde entonces, el fin ha sido el mismo, ver una de estas aves morir, con el cuerpo totalmente ensangrentado.
La iniciativa está fundamentada bajo el argumento de que el Comité de Galleros brinda trabajo a miles de personas, dentro y fuera del estado. Sostienen que la derrama económica de la industria supera los 36,000 millones de pesos en impuestos al año, contando con cuatro millones de personas dedicadas a la industria,
Javier Pelcastre, presidente de los galleros, lamentó que el gobierno de Veracruz no haya tenido “visión” de la relevancia de la actividad, señalando que en otros estados como Aguascalientes, Querétaro, Tlaxcala y Zacatecas está declarada como patrimonio cultural e inmaterial.