Qué incómodo debe ser que estás viendo un documental sobre la arquitectura emblemática de tu país y en eso te des cuenta que en una des las escenas hay gente teniendo relaciones sexuales aparentemente sin que nadie se dé cuenta. Más que incómodo debe ser fascinantemente graciosos, y lo es… porque pasó en realidad.
Grigoriy Zlykh se encontraba viajando en la ciudad de Torzhok, ubicada a 200 kilómetros de Moscú. Su intención era filmar con su drone el monasterio de Borisoglebsky, una torre construida en 1804, y uno de los más antiguos en la región de Tver.
Suponemos que estando allí, controlando el drone a través de una pantalla pequeña, no se percató del acontecimiento; fue hasta que llegó a su casa, y revisando el material, que se dio cuenta que en la cúpula del monasterio se encontraban dos cachondos que no aguantaron más y decidieron hacerlo supuestamente sin que nadie los viera.
La pareja parece disfrutar de la altura, la frescura del clima y la “intimidad” que otorgó el recinto, sin percatarse del drone que capta la enigmática arquitectura y la prueba de amor al mismo tiempo. Hasta que otro turista sube a ver la vista la ingenua pareja se “hace pato” y se detienen, pero para nuestra fortuna el drone registró todo. Disfruten.