Ya… ¿qué más se puede decir de los rusos?
Aparte de locochones al volante, temerarios en sus borracheras y desinhibidos en sus sesiones sexuales, ahora sabemos que los ciclistas de las tierras del buen Boris Yeltsin también tienen suerte cuando van tras el manubrio de una bici…
Si no lo creen, chequen la forma en que este paisano de Putin logró burlar a la muerte por partida doble: primero cuando un auto iba directo a embestirlo… y luego al sortear a un camioncito… esos vodkas que se echan en su desayuno de algo sirven para los reflejos.
Aunque creemos que después de los casi impactos el ciclista fue a ver si no le pasó nada a los protagonistas del choque, hubiera estado más cábula que reclamara los daños causados a su transporte… quién sabe, quizás sí lo hizo, nomás que la cámara no lo registró… después de todo, son rusos…