En este mundo loco, cada ser humano debe tener cierto nivel de aptitud si pretende manifestar su vocación. Incluso un asaltante o un ladrón deben tener una pequeña pizca de astucia o al menos suficiente sentido común para no terminar como las personas de las que hablaremos a continuación.

Comencemos con el caso número uno: recientemente dos sujetos asaltaron un establecimiento en San Felipe de Jesús y al realizar su escape triunfal, uno de ellos terminó con un pie atorado debajo de la llanta de una unidad de transporte público. Al no tener otra opción, su compañero simplemente se dio a la fuga con todo el botín.

Sólo los presentes podrían decirnos cómo este crack logró ponerse en esa situación. Por nuestra parte sólo tenemos un video con el triste desenlace de la historia.

Ahora vamos con el caso número dos: en la mañana de este mismo día, un ratero llamado Jesús, conocido mejor como “el Mocho”, murió luego de que el gorro de su sudadera quedara atorado en el cerrojo de una puerta. Los reportes dicen que esto ocurrió debido a que intentó meterse a robar a una tienda en Santa María Coapan, Puebla, donde horas después encontraron su cuerpo.

A pesar de que las fuentes dicen que el pobre Mocho perdió la vida por asfixia, tenemos una teoría diferente. Pensamos que al estar lleno de adrenalina en su intento de robo, el ladrón rápidamente trató de brincar una barda y provocó que su misma sudadera actuara como una horca improvisada, rompiendo su cuello.

¿Qué más les podemos decir? No todas las personas cuentan con lo necesario para recorrer el sendero del crimen. A veces es mejor aceptar que hay formas más más humildes de ganarse la vida y sobre todo, que no traen consigo el riesgo de convertirse en un bufón de Internet o en una noticia lamentable.

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