¿Cómo podemos saber cuando un tren ya ha ido demasiado lejos? La respuesta es sencilla: si la gente ya ve a los personajes de su serie favorita hasta en las caras de sus hijos, entonces la cosa se está poniendo extraña. El mame de ‘Game of Thrones’ es un gran ejemplo de esto, ya que muchos fans de la serie han estado bautizando a sus chamacos con nombres como Jon, Arya, Daenerys y otros.

Sabemos que suena descabellado o simplemente absurdo, pero es verdad. Hay gente que tiene la fiel creencia de que sus bendiciones son los verdaderos “reyes del norte” o “madres de dragones”. En lo que va de 2019, la costumbre de la gente de poner nombres a sus hijos por puro amor al Trono de Hierro ha ido en aumento, al menos según dice información del Registro Civil de Argentina, Alemania, Reino Unido y otras naciones.

Imagen: Especial

“Ya no eres el Brandon, ahora eres el Bran Estarc, güey”.

En algunos países latinoamericanos han predominado nombres como Sansa, Daenerys, Khaleesi, Arya, Jon, Tyrion y, sí, hasta Joffrey, porque la banda ama mucho a sus hijos. En Reino Unido y otros países europeos, el nombre de la hija más joven de los Stark se ha hecho sumamente popular, porque claro, todos quieren tener asesinos ninja sin rostro como hijos.

Por su parte, los alemanes prefieren que sus chamacos sean descendientes directos de Winterfell. Los nombres favoritos en el país son Jon, Bran y Arya. Imaginen las posibilidades: la gente llega a las reuniones familiares y dice: “Miren, les presento a mi hijo, que es la mera reencarnación del ‘Cuervo de Tres Ojos’”.

Siendo completamente honestos, este fenómeno no es algo nuevo, pero no deja de sorprendernos por el nivel de devoción que algunas personas pueden adquirir por las tendencias. De hecho, la épica saga de HBO no es la única que ha desatado un tren como este, ya que ‘The Avengers: Endgame’ también hizo que varios padres ejemplares nombraran a sus hijos como a sus superhéroes favoritos.

¿Esto tiene algo de malo? No, no realmente. Sin embargo, todas las modas pasan y, a diferencia de un mal corte de cabello u otras cosas que se pueden ignorar con facilidad, el llamarse Jon Snow Sánchez es algo mucho más difícil de corregir. ¡Que alguien piense en los niños!

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