Estas historias son de esas que parecen sacadas de películas pero que realmente suceden y es que un pescador llamado José Salvador Alvarenga sobrevivió después de estar 15 meses varado en el mar.
Sin embargo, ahora Alvarenga es acusado por la familia del que lo acompañó en su travesía de habérselo comido y piden $1 millón de dólares para compensar los daños.
Alvarenga salió de una costa en nuestro país acompañado de Ezequiel Córdoba, quien fue contratado por el pescador para ayudarlo en una expedición para pescar tiburones que supuestamente duraría solo dos días.
Sin embargo, una tormenta hizo que perdieran el motor de su embarcación así como su radio por lo que quedaron varados y completamente incomunicados en el mar. Ambos sobrevivieron por un tiempo de lo que podían pescar y colectando agua de lluvia, a veces también bebían su propia orina.
Después de cuatro meses, Córdoba falleció y le pidió a Alvarenga que le prometiera no comérselo y visitar a la madre de Córdoba para informarle sobre lo ocurrido, aparentemente solo cumplió con una parte de las promesas.
Finalmente logró llegar a las Islas Marshall en febrero del 2014. Estaba muy débil y su historia era muy increíble para las autoridades quienes se mostraron escépticas.
Eventualmente se pudo reunir con la madre de su compañero, tal como lo prometió. Inicialmente no culparon a Alvarenga de la muerte de Córdoba pero ahora, la familia de este último lo está demandando.
El abogado de Alvarenga afirma que la familia de Córdoba solo está motivada por el dinero ya que el pescador publicó un libro relatando su experiencia llamado 438 Días.
Alvarenga cuenta que Córdoba simplemente no pudo aguantar comer algunas de las cosas que atrapaban como carne de ave cruda por lo que falleció. También cuenta que se hizo amigo del cadaver antes de tener que deshacerse de él y temió por perder su cordura.
La historia de Alvarenga como la de muchos sobrevivientes, suena bastante increíble y realmente no está 100% confirmada aunque, en pos de sobrevivir, seguramente pudo llegar hasta esas últimas consecuencias.