Dicen que Los Ángeles es la ciudad donde los sueños se cumplen y estas mujeres latinas son los testigos perfectos.
¿Agitaron la varita mágica y ahí quedó? Pueees, no. No es tan fácil. Entre trabas, ganas y mucho esfuerzo hoy se ganan la vida en Los Ángeles disfrutando lo que hacen
¿Y los estereotipos de género? ¡Aquí no los conocemos! Sus historias te llenarán de inspiración para dar ese pasito dudoso. ¿Qué tal si eres la siguiente mujer latina en Los Ángeles que nos sorprende?
Brisa López
Publicista respetada y chef de clóset era su vida diaria. La abuelita le enseñó todos los secretos de la cocina mexicana desde que era pequeña y ella dijo “pa’ luego es tarde”. Su nueva terapia fue cocinar para relajarse.
Le salió todo tan sabroso que se despidió de la publicidad y fundó su propio negocio: Tacos Casa. ¡No hay evento en Los Ángeles donde sus taquitos no vuelen! Pollo con mole, carnitas, arroz, frijoles charros, cualquier antojito mexa en sus manos te hará babear y recordar las mejores comidas con la familia.
Naibe Reynoso
Grandes medios nacionales e internacionales la vieron armarla en grande como periodista, pero ella deseaba reducir la brecha de representación que enfrenta la gente latina y de color en EE.UU. ¿Qué tal acercarse a las jóvenes mentes del futuro para lograrlo?
Con Todo Press es una editorial para peques que publica historias de personajes latinos memorables desde una perspectiva cercana para que esos “¿Qué quieres ser de grande?” se conviertan en grandes respuestas y, sobre todo, ¡posibles!
Estella González
Si alguien conoce de premios es Estella, una chicana galardonada que le sabe muy bien a eso de narrar historias y, en Chola Salvation, no deja espacio a la duda: Es una colección de cuentos basados en personajes bien mexicanos viviendo en Los Ángeles y enfrentándose a la supervivencia económica, racista y otras opresiones en su día a día.
Elena Lorenzo
¿Qué sería de Los Ángeles sin comida guerrerense? Tamales Elenas y Antojitos está aquí para salvar nuestros paladares. Todo empezó con un carrito de tamales y una familia llena de sueños.
Ese pequeño negocio se convirtió en el restaurante al que todos van para probar un pedacito de nostalgia, porque nosotros dejamos México pero México no nos deja a nosotros. ¿Lo mejor? Transpira poder femenino y sazón de los que no se olvidan.
“¡Yo también quiero vivir el sueño!”, seguro lo pensaste. Si a los latinos nos plantan un “no” se nos prende la mecha para demostrar que sí y a lo grande. ¡En Los Ángeles el cielo es el límite!