Dicen por ahí que en la vida siempre hay que estar atentos a las señales que se nos presentan, pues son esas las que quizá nos ayudarán a confirmar que las decisiones que tomamos son buenas o malas. Y vaya que eso lo puede confirmar la mujer que encontró su anillo de compromiso perdido.
Para la mayoría de las parejas (si no es que todas) el anillo de compromiso es un objeto muy especial que les recuerda el amor que le tienen a la otra persona, razón por la cual muchos y muchas nunca se lo quitan para no perderlo de vista. Al menos hasta la boda.
Una mujer perdió su anillo de compromiso antes del paso del Huracán Ian
Claro que nunca falta ese momento en el que nuestra mente nos juega sucio y justamente nos hace dudar de dónde dejamos el anillo de compromiso. Así como le ocurrió a Ashley Garner, una mujer de Florida que perdió su anillo de compromiso antes de la llegada del huracán Ian.
Aunque ella asegura que intentó buscar la joya por todos lados, al final no tuvo de otra más que irse de casa y resguardarse de este huracán que ya se cobró la vida de más de 100 personas en el país vecino. Y aunque en su momento creyó que el anillo estaba perdido, la vida le dio una gran sorpresa.
Lo encontró mientras hacía labores de limpieza cerca de su casa
Como si se trata de una película romántica (algo así), esta mujer contó a través de sus redes sociales que encontró su anillo de bodas unos días después del paso del huracán Ian y mientras hacía labores de limpieza cerca de la cale donde vive.
“Ian iba a venir y acepté que se había ido y nunca lo recuperaría después de los vientos de 120mph”, indicó Ashley en una publicación de Facebook donde mostró el anillo que encontró en un arbusto y con una probabilidad de de 1 en un millón de hacerlo.
Y si esto no es una señal, no sabemos qué es entonces
“Sin palabras. Dios proveerá, siempre lo tendrá, siempre lo hará. Si esto no es una señal, no sé qué es”, indicó la mujer al mostrar su anillo, el cual ella ahora ha tomado como un símbolo y señal de que después de la tempestad viene la calma.
No pues ahora sí que como dirían las abuelitas: al César lo que es del César. O dicho en otras palabras, cuando algo es para uno siempre regresará a nuestras manos y de las maneras más misteriosas posibles.