Tammy Rodríguez tenía una hija llamada Selena. Era una niña de sólo 11 años cuando murió. Se suicidó. Ante eso, la mujer decidió emprender una demanda nada menos que contra Meta (dueña de Facebook, Instagram y todas las que aparecen en la parte inferior de tu pantalla cuando abres alguna de esas apps), así como contra Snap (propietaria de Snapchat).
Madre culpa a las redes sociales por suicidio de su hija
La mujer vive en Connecticut, Estados Unidos; y de acuerdo con medios locales como CBS, emprendió esta peculiar lucha legal porque considera culpables a dichas empresas de causarle una adicción a su hija. Sí, adicción que según considera, terminó por costarle la vida a la pequeña de 11 años, quien se suicidó en julio del año pasado.
Específicamente hablando, Tammy Rodríguez acusa directamente a Instagram (en el caso de Meta) y a Snapchat (por eso la demanda es también contra Snap). Señala a ambas de ser “productos de redes sociales peligrosos y defectuosos” por hacer que su hija se volviera adicta a ellos.
Y es que la niña de 11 años era especialmente adicta a Instagram y Snapchat, al grado que cuando la mujer intentó limitarle el tiempo que las usaba, ella se fue de casa. Un terapeuta con quien trataron de atender su adicción dijo, literalmente según detalla la denuncia, que “nunca había visto a un paciente tan adicto a las redes sociales como Selena”.
La demanda contra Meta y Snapchat
La demanda se presentó el pasado jueves 20 de enero ante un Tribunal Federal de San Francisco, allá en California. En ella alega que Instagram y Snapchat “están diseñadas para explotar la psicología humana por medio de algoritmos sofisticados e inteligencia artificial”.
La mujer también asegura en su demanda que gigantes como Meta y Snap tienen el dinero suficiente como para desarrollar productos seguros para sus usuarios, pero que en cambio, prefieren utilizar cualquier herramienta para volver más adictivas sus plataformas, especialmente entre los adolescentes.
Y por si te lo preguntas, la demanda de la mujer está respaldada por el bufete de abogados Social Media Victims Law Center, y la acusación se sustenta en reclamaciones legales por “defecto de producto”, “negligencia” y por violaciones a la ley de protección al consumidor de California.
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