La encargada de asuntos ambientales en Suiza le ve el lado divertido a la crisis energética que se viene en varios países de Europa. Ya después de un baño compartido, ahí decidirán si también apagan la tele y las luces.
Bahhhh, qué es eso de apagarle la luz a los monumentos o bajarle el switch al alumbrado público. Simonetta Sommaruga, ministra de Medio Ambiente de Suiza, le echa más coco al plan para ahorrar energía y, para que los adultos digan “así sí ahorro”, promueve la propuesta de que la gente tome baños en pareja.
De acuerdo con medios internacionales, Sommaruga prevé que nada más con su propuesta se reduciría en 15% el consumo de energía en el venidero invierno. Claro, tomando en cuenta que también se haga acciones como apagar las luces y la computadora cuando no sea utilizada.
Aunque podría parecer un consejo pícaro dicho al aire, al parecer no es así. Tan en serio es la propuesta de Sommaruga que, por increíble que parezca, ya tiene oposición. Ésta vino de parte de la editora de la revista Femina, Geraldine Savary.
Y no es que la susodicha tenga problemas para encontrar quien le talle la espalda, sino que cree la propuesta de la ministra suiza como un intento del gobierno (uno más) de controlar la vida de los ciudadanos.
Los ministros de Suiza están tratando de “administrar nuestras vidas privadas, hasta en los detalles más triviales”, acusó la editora.
De acuerdo con Cambridge News, Savary lanzó una editorial para burlarse de la propuesta de la ministra. En tono irónico, sugirió que, entonces, los suizos deberían hacer el amor todas las mañanas para entrar en calor después de apagar la calefacción por la noche, darse una ducha rápida juntos e irse a la oficina compartiendo el automóvil o lo que sea en lo que se transporten.
Todo lo anterior no parece mala idea, pero para evitar entrar en discusiones, Summaruga, de 62 años, tuvo que aclarar que su recomendación aplica más para la chaviza. “A partir de cierta edad, ducharse juntos ya no es apto para todos”, señaló.
Lo que no recuerda Savary (y uno se va enterando) es que no es la primera vez que en Suiza se propone compartir la regadera para ayudar a ahorrar energía. En 1985, la oficina federal de energía publicó un folleto que defendía la medida bajo el lema: “Menos desperdicio y doble placer”.