Así como lo leen: de acuerdo con un estudio realizado por la plataforma de gestión de proyectos Wrike, los jóvenes pertenecientes a esta generación son más asiduos a proferir improperios en sus centros de trabajo. Para los millennials —apunta la investigación— es de lo más normal decir groserías en el trabajo: las mujeres jóvenes son las que tienden más a hacerlo.

Alrededor del 75% de las gerentes y ejecutivas millennial admitieron decir ‘malas palabras’ en su sitio de trabajo, según el estudio aplicado a mil 500 estadounidenses. En cambio, sólo un 58% de los denominados Generación X y Baby Boomers —en los mismos puestos— aceptaron que dicen grosería durante el horario laboral, apunta El Financiero.

El estudio evidenció que cerca de dos tercios de los trabajadores de esta generación —de todos los rangos— dicen groserías en su trabajo: las jóvenes millennial, según la investigación, están menos preocupadas que los hombres millennial por la vulgaridad en el entorno laboral. Sólo que no se les pase la mano, porque luego…

Este es el rango de edad de cada generación:

  • Millennials o Generación Y: nacidos entre 1977 y 1995.
  • Generación X: nacidos entre 1965 y 1976.
  • Baby Boomers: nacidos entre 1946 y 1964.

Los millennials —señala Wrike— creen que la cantidad de insultos empleados en el sitio de trabajo puede afectar su jornada laboral: 33.33% de los jóvenes afirmaron que decir ‘palabrotas’ puede ayudar a fortalecer un equipo y 36% señalaron que así puede reflejarse su pasión por lo que hacen en el trabajo.

Los más groserillos, indica la publicación, son los trabajadores que se desempeñan en el servicio médico —64% de los encuestados admitió maldecir en el trabajo— y otro 45% aseguró emitir groserías con frecuencia. En segundo lugar se ubicaron quienes trabajan en el sector financiero —con 62%—, a ellos les siguen los que laboran en servicios profesionales y de tecnología.

Según Wrike, los pertenecientes a la Generación X y Baby Boomers tienden más a sentirse ofendidos por las malas palabras y más de la mitad consideraron que con este tipo de lenguaje “demasiado casual” el entorno laboral se siente menos profesional. Los millennials aseguran que no hace diferencia alguna.

Los docentes tampoco son tan educaditos como uno podría suponer: 24% de los profesores dijeron que dicen palabrotas frecuentemente en el trabajo. ¿Qué opinan de este estudio? ¿Creen que la situación sea similar en nuestro país? ¿Qué sector de la población consideran que dice más palabrejas?

FOTO: GETTY IMAGES

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