Aunque habituada a las grandes alturas, Angel Collison no libró la perdida de equilibrio durante su descenso por una montaña. No fue una caída cualquiera: algo así como 300 metros de rodar y rodar sobre el gélido suelo de Alaska.
Para sorpresa de los miembros de su equipo del Teton Gravity Research, la mujer salió del incidente sin demasiado daño que reportar… es más, comentó que nomás agarraba un poco de aliento, regresaría a la cima para recoger sus pertenencias.
“La caída fue terrible. No se tiene idea de que se va a caer y, básicamente, no hay nada que se pueda hacer. Cuando se esquía en un terreno así, 99 de 100 de las veces todo sale bien, pero cuando ocurre algo mal, las consecuencias pueden ser enormes”, comentó Angel.