México y Filipinas quedan aproximadamente a 13,849 kilómetros de distancia. Uno está enclavado en Norteamérica y otro en el pacífico asiático, más cerca de Oceanía que de Japón. No obstante, a pesar de la lejanía, estos dos países comparten una historia común que vale la pena conocer.
Y es que aunque no se comente mucho en los libros de historia, existió un momento (casi dos siglos) en el que fuimos un solo país, y nos tocó compartir, a través de barcos, costumbres, vocablos e incluso un poco de las culturas ancestrales que tienen ambas naciones.
México y Filipinas fueron parte del gran imperio español que se impuso en el mundo desde el siglo XIV. Mientras Cortés conquistaba tierras aztecas, Miguel López ponía la bandera española en Manila en 1571. Quizá por eso, pronto se inauguró una ruta marítima conocida como la Nao de China.
La extraña relación México- Filipinas
Tras la llegada y posterior conquista a los dos territorios, los españoles inauguraron “el Galeón de Manila”, una ruta naval que se creó con la intención de mantener conectados a tres continentes: Asía, América y Europa.
La intención era conectar comercialmente a las naciones que formaban parte del virreinato, y por eso en casi todo el mundo se inauguraron rutas marítimas. Una de las más importantes fue esa que unía el puerto de Acapulco con Manila y que fue determinante para nuestra relación con Filipinas.
Gracias a los barcos, las dos naciones se conectaron en todos los niveles. Compartieron algunos migrantes que llevaron palabras, comida y una buena cantidad de rasgos culturales.
Cuando conseguimos nuestra independencia, la ruta se cerró pero la relación entre ambas naciones se hizo cada vez más profunda. Una buena cantidad de líderes rebeldes, que parcelaban en la liberación, se exiliaron en Filipinas.
Un pueblo de Filipinas llamado México
Este pequeño pueblito, ubicado a casi 80 km de Manila, se fundó en 1581; muy poco tiempo después de la llegada de los ibéricos a la isla.
Hasta ahora existen tres hipótesis acercar del origen de esta aldea. La primera, que pareciera la más real, sugiere que México fue inaugurado por los españoles como un puerto comercial, porque el paisaje de tierra fértil les recordaba a nuestro país; por eso le llamaron así, Nuevo México.
Por otro lado, algunos historiadores ha dicho que el pueblo consiguió este nombre gracias a un vocablo en papango, Mesiku que puede traducirse como “línea quebrada por segmentos”, esto porque los caminos cerca del río Pampanga son sinuosos.
Finalmente, existe una versión es un poco más exótica, que parece sacada de una leyenda. Según algunos pueblerinos el nombre proviene de la época de la colonia. Cuando llegaron los españoles al sitio le preguntaron a un hombre dónde estaban y este respondió: mesisu su pu o en otras palabras “me di un golpe en el codo”. Los ibéricos lo interpretaron como México.
¿Cuál leyenda les parece más creíble?