Durante estos casi siete meses de cuareterna y con las clases virtuales, muchas son las historias que nos ha tocado leer al respecto. Hay algunas que hasta nos dan coraje, pero la gran mayoría nos dejan un buen sabor de boca y nos recuerdan que a pesar de todo y como buenos mexicanos, siempre nos apoyamos entre nosotros. Si no nos creen, hoy les platicaremos sobre un maestro que se está rifando como los grandes para que sus alumnos no se queden sin clases.

Esta es la historia de Servando Mendoza, un profesor de 53 años y con más de tres décadas enseñando a alumnos de primaria. Este tipazo es originario de Ciudad Victoria, Tamaulipas, que así como muchas otras personas que ejercen esta noble profesión se encontraron con un grave problema: no todos los niños a los que les da clase tienen una computadora o tablet para trabajar; es más, algunos ni siquiera cuentan con internet.

Imagen ilustrativa/ Foto: Rogelio Morales/CUARTOSCURO. COM

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El maestro que montó un salón en su patio

Es por eso que con mucho ingenio y amor por lo que hace, este maestro decidió montar en el patio de su casa un salón de clases al aire libre (con todo y medidas de precaución) para que sus alumnos no se atrasen con ninguna de las materias que deben cursar. De acuerdo con Milenio, esta idea vino gracias a los padres de estos pequeños, quienes no quieren que se rezaguen por la falta de herramientas tecnológicas.

Y como ya lo mencionábamos antes, todo esto se hace siguiendo el protocolo sanitario pertinente, ya saben usando cubrebocas, gel antibacterial y la sana distancia. Según lo que cuenta, centra sus clases en español y matemáticas, las dos materias más importantes y donde dice que están las debilidades de la gran mayoría, aunque también se da el tiempo de explicar otras cosas que no necesariamente tienen que ver con sumas y oraciones.

Imagen ilustrativa/ Foto: Getty

Tiene el tiempo de darle clases a dos grupos

Según lo que cuenta este maestro, no se encuentran en un espacio cerrado, al contrario: “Estamos al aire libre, lo hacemos en un área habitacional, en el andador de Las Adelitas en Ciudad Victoria, ahí improvisamos unas mesas y ahí comparto los conocimientos”. Además, cuenta que todo esto lo está haciendo bajita la mano porque no busca problemas ni para él ni para los niños, lo único quiere que sigan estudiando.

“Les dije (a los padres): no me suban fotos a Facebook para cuidarnos, porque muchos maestros van a decir éste está alborotando el gallinero y no busco problemas, solo compartir mis conocimientos”, comenta Servando Mendoza. Por si esto no fuera suficiente como para considerarlo un héroe sin capa, da clases a dos grupos: uno de quinto año de turno vespertino con 19 niños y otro con otros niños con necesidades especiales.

Imagen ilustrativa/ Foto: Getty

Por último pero no menos importante, dice este gran maestro que no busca que la gente lo reconozca ni nada por el estilo, porque él sólo está haciendo su trabajo: “Siento que estoy compartiendo mi conocimiento y eso me gusta mucho, no me quiero colgar medallas ni busco reflectores, simplemente cumplo con mi deber”. Quizá no quiera llamar la atención, pero sin duda Servando Mendoza se merece un aplauso por el compromiso que tiene con sus alumnos, ¿a poco no?

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Me llamo Jesús pero todos me dicen Chucho. Me encanta la música y sé tocar algunos instrumentos, aunque creo que soy mejor escribiendo sobre las bandas que me gustan. Soy fan de los conciertos y festivales,...

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