Aunque no le queda cerca a todos, la alcaldía Tlalpan ha sido, es y será uno de las sitios más importantes de la Ciudad de México. No solo es la alcaldía más grande, sino es un testimonio vivo de todos los periodos por los que ha atravesado la capital del país.
Basta una caminata por sus colonias para atestiguar de primera mano la arquitectura, el arte, las leyendas y la gastronomía que nos hacen únicos como país en el mundo.
Tlalpan es también un refugio para todos los que buscan el plan perfecto para el fin de semana. Aquí hay una amalgama de museos, librerías, edificios históricos, calles empedradas con casas asombrosas, buenos restaurantes que nos permiten escapar unas horas del bullicio cotidiano.
Con esto en mente, hemos creado una lista breve de sitios imperdibles para aprovechar al máximo todo lo que esta alcaldía tiene para ofrecer. Te adelantamos que la experiencia será barata, porque muchas de las atracciones son gratis.
¿Por qué amamos Tlalpan?
Empecemos por el principio, el nombre Tlalpan es la unión de dos palabras que nos heredaron los aztecas. Tlalli que se traduce como tierra y Pan que significa “encima de” Por eso, su escudo se representa con una huella en la arena.
Su historia se remonta a épocas muy antiguas, casi a los primeros pobladores de la ciudad. Aquí se instalaron varios pueblos originarios que tenían la intención de vivir en las faldas del Ajusco. Entre los asentamientos más famosos está el del Pueblo Otomí, unos 700 años a.C.
Debido a la estructura de sus pirámides y a las huellas que se han encontrado, se puede decir que Tlalpan fue la casa de las primeras sociedades desarrolladas de nuestro país. Se han encontrado, por ejemplo, rastros de un sistema de riego particularmente complejo.
Asimismo, la alcaldía fue testigo de la erupción del Xitle, 100 años a.C. Esta tragedia cubrió de lava y ceniza muchos de los predios de Tlalpan y enterró el legado de varios pueblos, pero también creó un ecosistema endémico, único en la capital.
Nacieron por todos lados animales y plantas que sólo eran de ahí y que hoy se puede apreciar en la UNAM, el Pedregal y el Museo Anahuacalli.
Tlalpan es todavía un pueblito en plena ciudad
Durante la conquista y en los periodos subsecuentes, Tlalpan se convirtió en un paraíso de árboles y plantas al que uno se escapaba para despabilarse. Los pueblos originales evolucionaron, pero nunca perdieron sus raíces y su orgullo de haber nacido ahí.
Hay al menos 16 pueblitos en el territorio tlalpense. Esto explica porqué todavía esta alcaldía conserva su esencia de pueblito con tradiciones de hace siglos. Aquí se celebra con comida y música a los santos y cada Día de Muertos las casas se llenan de ofrendas que todos podemos ver.
Cinco sitios para conocer la esencia de Tlalpan
Dicho lo anterior y para que los que quieran tengan una guía perfecta, aquí les dejamos una lista con algunos de los lugares más emblemáticos de la alcaldía que al menos debemos ver una vez en la vida.
1.- El mercado de Tlalpan
El famosísimo Mercado de la Paz, ubicado a un costado de la plaza central, fue construido en 1889 e inaugurado por Porfirio Díaz. Se hizo en imagen y semejanza de la Fabrica de San Pedro; una estructura alta, hecha esencialmente de ladrillos, piedras rojas y techo de madera.
Este recinto cuenta con una asombrosa fuente de cabezas de león tallada y fue la casa del primer caldo tlalpeño que se comió en la capital.
Dirección: Calle Congreso (Madero) esquina con Guadalupe Victoria, Tlalpan Centro
2.- Zona Arqueológica de Cuicuilco
Cuando los otomíes llegaron a Tlalpan fundaron un basamento en forma de cono, que de acuerdo a los especialistas de INAH era usado exclusivamente para hacer rituales y realizar ceremonias para sus dioses.
Este centro en particular se usaba para adorar a un grupo de deidades relacionadas con los fenómenos naturales. No obstante, tras la erupción del Xitle, se cubrió casi en su totalidad, dejando a la vista sólo los edificios más altos, que son los que podemos visitar ahora.
Dirección: Av. Insurgentes Sur s/n, Espacio Ecológico Cuicuilco, Tlalpan
3.- Día de campo en el Ajusco
Existe un grupo de personas que aman los días nublados, los paisajes verdes plagados de árboles altos y la buena comida.
Para los entusiastas de estos cuadros bucólicos, no hay mejor lugar que el Parque Nacional Cumbres del Ajusco, un pulmón que le hace honor a la única montaña visible desde cualquier punto de la ciudad, la del Ajusco.
Para llegar aquí hay que planear bien el día, porque hay que tomar algunos kilómetros de la carretera.
En este sitio hay toda clase de actividades ecuestres y una colección de puestitos que ofrecen desde barbacoa, hasta algunas de las mejores quesadillas con queso que la CDMX pueda ofrecer.
Dirección: Cerro Pico del Águila km 21, Col. Héroes de 1910
4.- Parque Loreto y Peña Pobre
He aquí una parte viva y central del extenso Bosque de Tlalpan. Se trata de un predio de más de 20 mil metros cuadrados que se creó para literalmente preservar el agua de manantial que había en Tlalpan y usarla para una fábrica de papel.
La buena noticia es que en Peña Pobre se ha instalado una verdadera comunidad sustentable que provee de talleres prácticos y baratos a los que quieran. Tiene un restaurante vegetariano y le ofrece a los amantes de la literatura, kilómetros y kilómetros de pasto para leer.
Dirección: Av. San Fernando 765, Col. Peña Pobre, Tlalpan
5.- La plaza de Tlalpan
La plaza de la constitución de esta alcaldía se construyó en 1872 y es el centro en el que sucede toda la acción. Entre otras cosas, porque el edificio principal fue diseñado por el mismo arquitecto del Ángel de la Independencia, Antonio Rivas Mercado.
Aquí hay un buen grupo de restaurantes que ofrecen gastronomías del mundo, una librería del Fondo de Cultura Económica, la casa de Chucho el Roto, el ex convento de San Agustín, edificado en el siglo XVII y un quiosco que nos recuerda que esta gran ciudad es una multitud de pueblos que juntó la modernidad.
Dirección: Plaza de la Constitución No. 1, Col. Centro de Tlalpan