La inevitable ola de calor en México nos hace querernos escapar de esta ciudad. Un lugar boscoso es el lugar perfecto y el Parque Nacional Los Dinamos es un buen refugio para olvidarse por un domingo de las intensas temperaturas que, sobre el pavimento, se sienten como el mismísimo infierno de Dante.
Los Dinamos es un valle que pertenece a la CDMX. Ahí tenemos, además de su generoso bosque de pinos, encinos y oyameles, varios ríos, arroyos y cascadas.
Este hermoso bosque no queda lejos de la ciudad. Está a unos 25 km de distancia y mientras más nos acercamos, más se siete el clima templado de los cientos y cientos de árboles de este parque nacional de la Magdalena Contreras.
Un bosque en la ciudad
Su nombre se lo debe a las antiguas instalaciones de fábricas textiles donde se generaba energía eléctrica a partir de las aguas del Río Magdalena —actualmente el último río vivo de la ciudad— con cuatro dinamos, durante el Porfiriato.
Es un Área Natural Protegida con 2,429 hectáreas de bosque. Su río corre por una cañada principal y tiene saltos de agua, cascadas de hasta 3.5m de altura y manantiales de aguas cristalinas.
Además, sus senderos forman una red de rutas de 26 kilómetros para hacer caminatas y conocer los diferentes paisajes naturales que ofrecen sus miradores.
Actividades para olvidarse del calor
La sombra de sus altos pinos son el refugio perfecto para evitar el calor. Entre las muchas actividades que se pueden hacer en Los Dinamos están el senderismo, paseos en bicicleta o a caballo, la pesca de truchas en el río, escalada y rappel, lanzarse en la tirolesa y hasta campismo si nos queremos quedar en el bosque por una noche o dos.
También hay un área para contemplar a los colibríes, un criadero de abejas que admite visitantes y de vez en cuando se pueden ver algunos reptiles como camaleones y culebras que habitan por el área del río.
En el cerro de Coconetla hay un muro de piedra de casi 300 metros de altura para los que les gusta la escalada y en su mirador hay un sitio sagrado con un antiguo grabado del dios Tláloc, al que todavía va gente para invocar a la lluvia —y se lleve al calorón—.
Los misterios de Los Dinamos
A la altura del segundo dinamo hay una cueva misteriosa conocida como “la cueva de los deseos” o “la capilla del ermitaño”, construida en el siglo XVI por frailes franciscanos para poder meditar. De hecho, también hay leyendas de las brujas bajan en forma de bolas de fuego por los cerros de este bosque.
Los Dínamos para escapar del calor
Ya sea que vayamos solos, en familia o con amigos, hasta nuestro perro va a estar muy agradecido y contento por el refrescante paseo bajo la sombra de los árboles. El bosque nos dará la oxigenación necesaria para pasar los grandes calores del año y nuestro cuerpo se va a sentir reanimado después de ese domingo de paseo por el bosque.
La sed y el bochorno de la ciudad son inevitables. Los Dinamos puede ser uno de nuestros lugares favoritos para refugiarnos del sol intenso que tiene la ola de calor. Si queremos quedarnos, también hay cabañas para ver el amanecer entre los cerros.
¿Cómo llegar a Los Dinamos?
Al Parque Nacional Los Dinamos, que está en la zona sur poniente de la ciudad, se puede llegar por las avenidas San Francisco, San Jerónimo o Camino a Santa Teresa si vas en coche y hay camiones que salen desde las estaciones de metro Miguel Ángel de Quevedo, Copilco y Taxqueña.
La entrada es gratuita y de 150 pesos si te quieres quedar a acampar para dejar atrás el calor. El bosque nos da la bienvenida con su clima relajado.